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—Muy bien, comamos y luego estudiemos. — TaeHyung me regresó a mi asiento frente a la mesa y me ofreció del té que había traído.

Me sentía un poco insatisfecho con mis conclusiones, pero al final decidí no analizarlas a profundidad. No sería capaz de descifrar lo que ocurría sin importar cuanto pensara en ello y al ver a mis amados bollos dulces frente a mí, hizo que el hambre borrara todas aquellas dudas de mi mente.

Los dos nos acomodamos y disfrutamos del té. El azúcar debió ayudarnos tanto psicológica como físicamente porque después de comer ambos nos pusimos a estudiar con seriedad. Me costaba la matemática y la odiaba al punto de que al ver una ecuación casi me causaba una reacción alérgica. No tenía problemas con otras materias, así que matemática era la única que se me complicaba.

—...por lo tanto x=8. ¿Lo entiendes?

—Eh...

—De acuerdo, esa era un poco complicada de entender. La explicaré otra vez.

Cuando había un problema que no podía resolver, TaeHyung me lo explicaba hasta que lo entendía. No solo sus explicaciones eran completas y sencillas, sino que cuando me desalentaba a la mitad del camino, me animaba con una sonrisa alegre y un: "Si ya llegaste tan lejos con el problema, puedes resolverlo." Era bastante reconfortante y tomaba esa motivación para esforzarme más.

Coloqué mi barbilla sobre mis manos y los codos sobre la mesa, y miré a TaeHyung. Estaba explicándome un problema de matemática y señalando su libro de texto para enfatizar su punto.

¡Solía ser tan tierno y debilucho! ¿En qué momento fue que su rostro se volvió tan masculino? Ahora es tan impresionante y atractivo como un súper héroe.

Mientras miraba su bello perfil, TaeHyung levantó la cabeza y nuestras miradas se encontraron. Abrió la boca en sorpresa y se sonrojó. No comprendía porque estaba tan avergonzado al inicio, pero la razón era bastante obvia. Nuestros rostros estaban tan cerca que nuestras narices podrían chocarse en cualquier momento.

—¡Lo-lo siento! — TaeHyung se alejó inmediatamente, retirando la mirada y tosiendo.

Eh, no hiciste nada malo, ¿por qué te disculpas?

No sabía que decir, así que tomé mi borrador y comencé a borrar innecesariamente fórmulas en mi cuaderno. Ahora que los dos estábamos en silencio un aire frío pareció descender sobre la habitación. Me sentía muy consciente de la presencia de TaeHyung, pero no sabía cómo debía iniciar una conversación. Era un sentimiento perturbador, mi corazón latía con mayor velocidad.

Quizás TaeHyung se sentía de igual manera, porque estaba mirando mi libro de matemática y su rostro seguía congelado, sus labios dibujaron una línea recta.

—O-oye, acabo de recordar algo. —Dije incómodo. Comencé a buscar en mi maletín y saqué un cuaderno azul. —¿Podrías darle esto a JiMin de mi parte?

Cuando se lo entregué, parpadeó confundido. —Seguro, pero... ¿Qué es esto? ¿Lecciones de física...?

—Sí, ya sabes que se perdió las lecciones por ese resfriado. Esas son las notas de las clases de esos días.

—¿Pero por qué no se las entregas tú mismo, JungKook?

—Me siento incómodo cuando le hablo. No hemos sido amigos en mucho tiempo. —Me encogí de hombros.

Física fundamental era una clase optativa. No había muchos estudiantes que la llevaban y el maestro era famoso por sus malas explicaciones por lo que era difícil tomar notas coherentes.

Luz verde ✄ VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora