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Si alguien me preguntara: ¿cuál es el logro del que estoy más orgulloso hasta el día de hoy? Le respondería: "No haber desarrollado fobia escolar como estudiante de primaria, aunque las chicas insistían en decirme que era un "pedazo de basura".

Todo eso inició el día en el que le hablé con rudeza al chico más popular de la escuela. Era un chico lindo con piel pálida, exactamente del tipo de chico que esperas que las niñas amen. Y no sólo era lindo... era amable e inteligente, así que también le agradaba a los chicos. Supongo que uno podría llamarle la estrella de la clase.

Pero un día se lastimó en la clase de gimnasia y lloró. Sus mejillas de apariencia suave se tornaron extremadamente rojas y estas bellas lágrimas comenzaron a rodar por su pálido rostro. La escena era increíblemente conmovedora. Los maestros y los otros estudiantes comenzaron a rodearlo con preocupación absoluta preguntándole: —¿Estás bien? —Pero a mí esa escena no me afectó.

De hecho le dije: —¡Sé un hombre y deja de lloriquear así! ¡Pareces una mariquita!

Cielos, eso sí que me metió en problemas. Las chicas que estaban a su alrededor se dieron la vuelta y me miraron con hostilidad.

—¡JungKook eres una basura!

—¡Eso fue bastante cruel, Jeon!

Y así las chicas comenzaron a tratarme como un pedazo de basura sin corazón y lanzaron mi reputación por los suelos. Las chicas son muy intimidantes cuando están en grupos.

Lo que lo hizo peor fue que no lo hacían con la intención de molestarme o jugarme bromas... su excusa era su sentido de la justicia. Cuando las personas aseguran tener la razón, podrás objetar todo lo que quieras, pero ni los argumentos mejor fundamentados serán aceptados.

Lo que es peor, estas chicas comenzaron a decirme: —¡Dile que lo lamentas! —demandando disculpas cuando ellas ni siquiera eran las afectadas.

Sin embargo, me rehusé a disculparme. Sin importar cuanto lo analizara, un chico que llora por una pequeña caída es simplemente patético, ¿no crees? Si hubiese sido golpeado o si fuera un pequeño bebé, hubiese estado equivocado, pero él no era tan débil. Después de todo, esa estrella de la clase era mi mejor amigo en esa época y sabía todo lo respectivo a él.

Traté de decirles eso a las chicas, pero estaban demasiado furiosas para escucharme, sólo me condenaron más y más. Después de un tiempo, incluso los chicos (que habían evitado el problema) se pusieron del lado de las chicas y pronto fui el chico más odiado por toda la clase.

¿Por qué no falté un solo día a pesar de las circunstancias tan graves? Fácil, porque soy alguien muy terco. No iba a huir para que declararan su victoria, así que me forcé a asistir a diario a la escuela. Gracias a ello, ahora no sólo soy terco, sino que también soy perseverante y tengo una personalidad retorcida por unos 180 grados... pero esas no son habilidades muy útiles.

A ese punto no iba a ponerme a llorar por mis desgracias. Sin importar cuanto traté, no pude hacer las paces con mis compañeros de clases que pensaban: "¡Trabajemos juntos para hacer sufrir a JungKook, el Príncipe de la Oscuridad!"

Y aunque tratara de convertirme en una persona distinta, jamás podría tener el encanto de la estrella de la clase que era amado por todos. El que una vez había sido la linda y pequeña estrella de la clase, creció y se convirtió en un auténtico Príncipe Azul en su Corcel Blanco.

—Oye, mira esto. ¡La foto de la chica de la semana es tu preciosa Irene!

—Oh, ¿en serio? ¡Déjame verla!

Luz verde ✄ VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora