Anormal

18. Carretera

Las carreteras, caminos de pavimento, párate frente a ella y ve como no tiene fin, ya que hablo de las carreteras, les contaré una pequeña historia.

Esto sucedió hacia escasos años atrás, en la época de vacaciones, cuando todas las familias, o al menos algunas, quienes toman la decisión de tomarse un respiro de el lugar acostumbrado.

Y ese era el plan de mi familia, despejarnos de la gran ciudad.

Nos despertamos muy temprano, aún no había salido el sol, era completa la oscuridad.

Acomodamos todas las maletas en el pequeño vehículo en el que nos transportariamos.

Emprendimos el viaje.

Y al momento de entrar en la carretera, coloque mis audífonos, colocándome los, para así disfrutar de una larga siesta.

Luego de un par de minutos, mis párpados no conseguían quedar abiertos, caían por la falta de descanso.

Y así fue, unos segundos después, cayeron completamente, y así lo quería.

Era tan tranquilizante.

...

Despacio, abrí los ojos, encontrándome de cabeza, y con varias cortadas en los brazos, además de sentir mareos.

Trate de buscar a mis padres con la mirada, y no fue así, no lograba hallarlos.

Desabroché el cinturón de seguridad, y salí a penas arrastrándome del vehículo.

Me posicione de pie, no hay un solo rastro de luz alrededor.

Miro dentro del vehículo, nadie en los asientos delanteros.

–Chh, hey– escuché una voz familiar detrás mío.– Hey, Vamos, ya casi llegamos, despierta.

Volteo, nada. Nadie.

Busco en los asientos traseros mi teléfono celular. Algo que si encuentro.

Toco la opción de linterna. Y alumbró a los lados. Seguro kilómetros de carretera me esperan para encontrar a alguien.

A una sola persona que pueda ayudarme.

–Chh,– dirijo la luz hacia donde proviene aquella voz,– Hijo, querido, despierta~.

–¿Mama?– susurro confundido – ¿¡MAMA!? – grito, desesperado –¿¡donde estas!?.

Corro hacia la voz, por aquella carretera.

Sigo a aquella voz que me llama por la carretera.

Me arrepiento de haberlo hecho.