Capítulo 10

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Hoy es el primer sábado-desde que volvimos-, que Louis y yo saldremos. Hemos quedado de ir a hacer paracaidismo, no sé en que momento aquel chico me convenció de hacerlo y tampoco sé como se le ocurrió está terrible idea. Lo que menos quiero es caer y morir todo desfigurado, debido al madrazo que me daría. Si muero, que al menos sea siendo guapo.

Se preguntaran que sucedió luego de qué, el director Franklin nos encontrara. Para sorpresa nuestra él sólo nos llamó la atención y, de una manera muy amable, nos dijo qué las relaciones sexuales se dan en los hoteles u otros lugares, pero en la escuela nunca. Juro que ya me veía siendo expulsado de la secundaria e imaginaba a mi madre, gritándome "¿Cómo puedes ser tan idiota para hacer esas cosas en la secundaria, Harry?"

Creo que lo que más le sorprendió al director, fue qué el chico que se encontraba encima de mi, fuera Louis Tomlinson, el chico que tiene embarazada a la jefa de las porristas, un chico popular. Al final, le doy gracias profundamente por...
1. No tomara cartas fuertes en el asunto.
2. No llamara a nuestros padres.
3. Esperen... ¿Qué clase de director era ese señor? ¿Por qué no reportarnos? ¿Por qué no hizo nada luego de qué le grité en loa baños? Lo pienso y era como si tratara de protegerme, sentía que hacía las cosas por mí. He pensado que tal vez quiere recompensar la molestia que me hizo pasar la señora Collins, quizá sólo quería reponer ese daño inexistente.

Sacudo mi cabeza para alejar cualquier pensamiento inútil, me concentro en que debo hacer la mochila para el viaje y no tengo que hacer a Louis esperar. Me muevo con avidez y en menos de 5 minutos tenía todo listo. Shorts, gafas, gorra, camisetas, un par de boxers, protector solar, cámara y todo lo necesario para hacer paracaidismo. Al menos eso creía. Me ducho y cuando ya me encontraba listo, me dirigí a casa de Louis, quien estaba esperándome en el pequeño porche de su casa.

-Que guapo te ves-digo sin poder quitar la vista de su pantalón, estaban tan pegados a su cuerpo, podía imaginar a su miembro tratando de alejarlos-. Muuuy guapo.

Sus labios se posaron en los míos, dedicándome un enorme beso.

-No puedo verme más hermoso que tú-se aleja un poco de mi y expectante observa mi bolsa-. ¿Qué tanto llevas en eso? ¿Te mudas?

Una risa escapa de su boca.

-Tengo todo lo necesario.

-¿Todo cómo qué?

-Todo-digo apenado. Empezaba a creer que quizás había exagerado un poco con la cantidad de objetos que traía en ella, pero mejor que sobre a que falte.

****

-¿Estás asustado?-pregunta un chico especializado en paracaidismo.

-Un poco-respondo amable.

-Supongo es tu primera vez.

-Supones bien.

-¿Estas ansioso?

-No que digamos.

Ríe.
-Así estaba yo la primera vez, pero cuando estas flotando en el cielo, absolutamente todo se te olvida.

-Entiendo.

-Para saltar, cada paracaidista lleva dos paracaídas: uno principal y el otro de reserva que se encuentra dentro de un contenedor cosido a un arnés-dice el director principal y me dispongo a prestar atención-. Los contenedores pueden ubicarse en la espalda, en el pecho, también se pueden poner tipo asiento o sobre el regazo. Adicionalmente, los paracaídas pueden usar un sistema de abertura automática de emergencia, el cual es de uso obligatorio. Os recomendamos el uso de gafas y altímetro. Si usted lo requiere, puede usar casco, traje, guantes, zapatos o botas especialmente para operaciones aerotransportadas y máscara conectada a cilindros con oxígeno para saltos a grandes alturas, de modo para que se sienta seguro, esto sólo en caso de que vosotros queramos.

Atado A Louis (LS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora