EPÍLOGO 1/3

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4 años después.

HARRY

—¡Styles, levántate! ¡Tienes visita! —gritó un oficial mientras abría la celda del rizado y lo obligaba a levantarse de la cama. En ese lugar solían tratarlo como si fuera un animal o incluso algo peor—. ¡Date prisa! No tengo tu tiempo. —El hombre lo tomó por la camisa y comenzó a jalarlo hacia la sala de visitas.

Gracias al dinero de la familia Styles, habían conseguido que Harry tuviera una celda para él solo, así evitaban riegos mayores con los demás reos.

Harry talló sus ojos para poder despertar mejor y se dedicó a caminar junto con el hombre. No daría guerra, no se defendería, no daría ni un solo problema. Ahora su único objetivo era salir de ese horrible lugar, y cualquier problema podría atrasar su salida.

Pasaban los años y mientras cada segundo avanza el cuerpo se le iba llenando más de aquellos sentimientos. Harry quería detener su rabia, quería olvidarse de todo de una maldita vez y poder vivir en paz. Pero tenía tan presente a Louis, que simplemente no podía pasar ni un segundo de su vida sin pensar en él.

Los años que llevaba en la cárcel no le habían servido de mucho para reflexionar. Incluso lo único que había conseguido aumentar era un profundo asco por el apellido Tomlinson, unas ganas enormes de salir de aquel lugar y buscarlo, hacer lo posible por verlo otra vez, para después matarlo él mismo.

Las cosas estaban así. Harry había dejado de ver la vida como algo bueno.

Había dejado de agradecer en su interior los bellos momentos que pasó con Louis. Ahora sólo lo pensaba y se daba asco de sí mismo al recordar que había estado con él. Le daba vergüenza que su corazón estúpido continuara dedicándose sólo a latir por una persona que lo único que merecía era su odio.

La cárcel era un infierno que estaba viviendo injustamente.

Físicamente, él cada día estaba mejor.

Su cuerpo estaba tan formado que incluso no era necesario hacer fuerza para que su abdomen se mantuviera marcado. El ejercicio le había servido como una especie de dopamina que lo hacía olvidar el dolor. Llevaba un poco de barba en las mejillas, algo que lo hacía lucir un poco más grande de la edad que actualmente tenía, 29 años.

Llegaron hasta la sala de visitas y al entrar Harry se encontró con su viejo amigo, inclusive su único amigo.

Sonrió sinceramente y se sentó frente a él. Estaban separados por una ventanilla de cristal, y la única forma de comunicarse era tomando un teléfono que se conectaba al otro lado de la ventana, donde se encontraba Leonard. —Hola. — mencionó al tomar el aparato.

—Hola, Harry. ¿Cómo estás? —preguntó el chico, feliz por ver a su amigo. Leonard continuaba siendo su abogado, y ese día en especial se veía más feliz que nunca, pues llevaba una gran sorpresa para darle al rizado.

—No sé. Ni siquiera estoy seguro si estoy vivo. —mencionó con naturalidad.

Harry estaba pasando por una etapa donde su vida le importaba una mierda. Leonard negó con la cabeza al mismo tiempo que elevaba su portafolio para que Harry pudiera verlo—. ¿Has conseguido lo que te pedí? —preguntó ansioso.

Asintió con la cabeza. —Sí. Conseguí lo que me pediste, no fue fácil, pero al final conseguí toda la información. —él no estaba totalmente de acuerdo con lo que Harry le había pedido hacer, pero al final aceptó porque sabía que en cierta manera era lo justo—. Lo he investigado estas últimas semanas y conseguí la mayoría de su información.

Luxury's louis ( De  Fer_tommo) Larry stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora