Te odio... pero no tanto

Celos...

Minho bajó despacio a Taemin, dejándolo acostado sobre la cama, el menor seguía temblando y unas cuantas lágrimas seguían en sus mejillas. El mayor comenzó a acariciar con suavidad el rostro de su niño limpiando los rastros de haber llorado... luego subió a la cama y lo abrazó, el doncel enterró su rostro en el pecho del mayor.

- Perdóname, Tae... yo debí estar ahí para protegerte- el menor se separó un poco.

- N-no tengo nada que perdonar... fue mi culpa... por... por ser así...

- Amor... Onew-hyung fue un idiota, además te estaba lastimando- el menor negó levemente.

- Minho-hyung... más que todo... tuve miedo... simplemente- suspiró suavemente- no debí tocar el piano.

- Taemin... tú puedes tocar el piano cuando se te antoje- besó su frente.

- Yo no sabía que era de tu madre.

- ¿Quién te dijo eso?

- El... el chico que me asustó- Minho resopló molesto.

- Yo le dije a Onew-hyung que nadie tocaba ese piano...

- Puedo dejar de hacerlo, si te molesta.

- No me molesta. El piano no se tocaba porque nadie sabe hacerlo más que tú. Papá lo mantuvo en casa porque era imposible deshacernos de él... le perteneció a mamá y créeme... se siente bien escuchar su sonido.

- Hyung... abajo dijiste... que soy tu novio...

- Lo eres...- se acercó más al rostro del contrario- aunque tuvimos dificultades... yo nunca te pedí que termináramos... seguimos siendo novios, ¿verdad?- el castaño asintió sonrojado; sus alientos chocaban pero ninguno quería separarse, hasta que por fin, Taemin tomó la iniciativa juntando sus labios; eso a Minho le sorprendió mas no le disgustó... en definitiva, el doncel mejoraba cada vez más.

Cuando se separaron, Taemin lucía un tierno sonrojo, Minho le sonrió.

- Taeminnie, no te dije lo hermoso que te ves.

- Gracias... en serio, ¿te gusta?

- Por supuesto, estás bellísimo- el menor sonrió delicadamente.

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- Niños, serviré la comida, por favor acompáñenme- dijo Nana a los chicos que estaban algo decaídos por la reciente experiencia además del regaño que les dio Kibum.

Los jóvenes siguieron a la mujer y tomaron asiento en la gran mesa del comedor; los platos ya estaban servidos y grande fue su sorpresa al ver entrar a Minho y al chico de momentos atrás, tomados de la mano.

- Minho, Taemin...- susurró Nana- ¿cómo te sientes mi niño?- le preguntó con angustia acercándose y tocándole suavemente el rostro.

- Estoy bien, Nana- sonrió delicadamente.

- No te exijas demasiado... si te sientes mal, dime y juntos subiremos, ¿está bien?

- Si, pero de verdad me siento bien- aunque lo dijera, Taemin lucía algo pálido y nervioso. Minho también se había dado cuenta.

- Amor, vamos a sentarnos- el joven asintió y se acomodaron en la mesa.

Minho se sentó a un lado de Taemin, Joon y Onew frente a ellos y Jonghyun y Kibum a un lado del dueño de la casa.

- Chicos, lo de antes...- comenzó el más alto.

- No lo menciones... ya nos regañó la diva- interrumpió Joon, Onew ya tenía los ojos llorosos.

- Déjame terminar. Lo que quiero decir es que las cosas se pudieron llevar de distinta forma... hay que empezar de cero... Kibum, tú ya conoces a Tae... pero yo se los quiero presentar, él es Lee Taemin.

- Mucho... gusto- susurró tímido y algo sonrojado.

- Taeminnie~ eres una preciosidad- dijo el rubio emocionado.

- Gra-gracias, Key-omma- el nombrado se sintió dichoso, su niño no lo odiaba... aún tenían que hablar en privado pero por lo menos le seguía diciendo omma.

- Tae, ellos son Jinki-hyung u Onew, como gustes decirle y Joon- cada uno asintió cuando escucharon su nombre- este chico de acá es Jonghyun-hyung.

- Mi novio, cariño... él será algo así como tú appa- Taemin lo miró curioso y luego soltó una risa breve y melódica que dejó a los presentes boquiabiertos... de verdad que era lindo.

- Espero nos llevemos bien- dijo más calmado, el color había vuelto a su rostro.

- Tengo curiosidad... ¿qué edad tienes?- preguntó Onew.

- Dieciséis...- murmuró, pero todos lo alcanzaron a oír.

- Eres joven... pensé que eras más grande- comentó de nuevo el castaño, a Kibum le pareció que el comentario estaba fuera de lugar, además de que sonó algo celoso.

- No se ve grande, es pequeño y su rostro se ve delicado e infantil- respondió Jonghyun.

- Oh, mi Puppy ya está haciendo sus labores de padre- dijo la diva con ternura.

- No es eso... es la verdad- estaba algo sonrojado, imaginando tener un hijo con Key.

- Si, Onew... el niño se ve más chico- acordó Joon.

- Pues a mí, me pareció más grande.

- Taemin es perfecto así tal cual es... ustedes dejen de opinar- habló Minho al tiempo que daba un tierno y casto beso a los labios del menor, dejándolo sonrojado y muy cohibido.

El doncel rápidamente se escondió en el pecho del más alto, todos (excepto Onew) exclamaron un awwwww prolongado. Un poco más tarde llegó el padre de Minho y de nuevo... todos se sorprendieron, en serio que era joven.

- Hola papá- saludó el hijo.

- Hola hijo; Key, mucho sin verte- saludó al rubio, que sonrió- Tae~ ¡qué bonito te ves!

- Gracias, tío- sonrió el doncel.

- Papá, ellos son Jonghyun-hyung, Onew-hyung y Joon.

- Oh, yo a ti te conozco- dijo viendo a Jong- eres el chico que estaba con Kibummie, aquel día en que lo recogí en el centro comercial- el chico sólo sonrió extrañamente.

- Tío~, él es mi novio- dijo Kibum feliz

- Ya veo por qué te tiene tanta paciencia cuando compras- respondió el hombre.

Hubo una risa general; la comida transcurrió tranquila o por lo menos continuó así hasta que Onew empujó un vaso sin querer y este se rompió; Taemin inconscientemente se puso de pie algo alterado y corrió hasta la pared más cercana pegándose a ella.

Nana llegó al lugar atraída por el ruido, mientras que Minho se levantó lentamente y se acercó a su novio, suavemente lo rodeó con sus brazos, Taemin recargó su cabeza en el hombro del más alto.

- Tae, no pasa nada cariño... ¿estás conmigo?- el joven asintió levemente- fue sólo un accidente, nadie te va a lastimar- todo era dicho en voz baja y sólo el menor podía escucharlo.

Onew miraba la escena con una mezcla de celos y curiosidad... ¿qué rayos pasaba con aquel chico? Bueno... la segunda impresión tampoco funcionó para él... era raro y no se dejaría vencer tan pronto... si, sentía celos.