Capitulo 30: Entrada al panteón.

1.3K 127 8
                                    

Capitulo 30

El resto de la noche y del día lo pasaron planeando su entrada en los dominios de Ares, como James temía Rash le contó que no sería tan fácil entrar los tres en aquel lugar, el dios lo tendría todo controlado para que nadie se colara en sus dominios sin su permiso. Claramente el único que podía entrar con total libertad en sus dominios sería Rash, pero no podía hacer toda la misión solo, pues podrían entrar pero tarde o temprano el dios Ares se daría cuenta de los planes de Rash y si lo hacia el solo no conseguiría la copa.

Y aun siendo los tres era una misión suicida.

La diosa Atenea volvió a aparecerse a ellos a mitad de la noche llevando una sabana tan negra como la noche, estaba impoluta. Los tres miraron la sabana sin saber que quería hacer con esta. La diosa estiró la sabana y se la echó por encima a Zoa, que sorprendida se vio tapada por completo con la sabana. Podía ver a través de esta pues era muy fina y semi transparente.

-¿Que le has echo?.-Grito Rash de la nada, estando a punto de saltar sobre la diosa para atacarla, James parecía no querer detenerlo, se le veía también sorprendido y cabreado.-¿Donde esta?.

-Rash estoy aquí.-Dijo totalmente sorprendida de que el chico se comportara de aquella forma, la sabana era negra, pero semi transparente, desde fuera se le podría ver perfectamente bajo la sabana, estaba segura. Los dos chico se giraron hacia donde provenía su voz, pero parecía que no podían verla. La diosa comenzó a reír como si aquella situación le pareciera divertida y tiró de la sabana, destapando a Zoa.

-Esto hace invisible a todo aquel que se tape con esta. ¿Como creéis que los dioses entran de un panteón a otro? Esta sabana ademas de hacer invisible nuestro cuerpo repele los poderes de los dioses, por lo que si James y Zoa se meten bajo la sabana y van tras Rash nadie sabrá que han entrado en el panteón de Ares. Pero debo deciros algo, si permanecéis mucho tiempo bajo la sabana vuestra presencia se hará cada vez mas fuerte, es decir, cuanto mas tiempo paséis en el panteón de Ares mas peligro habrá de que este se de cuenta de que estáis allí. Así que tenéis que entrar, destruir la copa y salir. Si Ares os descubre ira a por vosotros y estando en sus dominios no quiero ni imaginarme las cosas que sera capaz de haceros. Hace miles de año le dio la inmortalidad a un humano, solo para poder tenerlo encerrado en una celda en su panteón durante toda la eternidad, sin oportunidad de morir, sufriendo un hambre y una sed voraz, sin ver nada mas que la fría pared de la celda, atado de por vida de los brazos, sin poder moverse lo mas mínimo y teniendo que hacer sus necesidades encima. Ah y tened cuidado con servero, es un animal de lo mas juguetón, pero un poco bruto.

Y tras decir esto la diosa desapareció, dejando a los dos chicos con la palabra en la boca, y a zoa sujetando la sabana con una mano, a simple vista parecía una sabana de lo mas normal. Rash se volvió a mirar a James y a Zoa.

-Me parece a mi que Atenea no se esta tomando esto en serio, para ella esto es un juego. Joder, si dice que servero es solo un animal juguetón. ¡Conozco a esa bestia y es de todo menos juguetón!. Me costo dos siglos poder pasar por su lado sin que intentara comerme con alguna de sus cabezas, una de ellas aun me mira mal.

-¿Servero?¿El perro de tres cabezas realmente existe?.-Dijo Zoa totalmente sorprendida ya que había escuchado mitos sobre aquel perro, y también había leído los libros de harry potter, en los que tenían a Fluflly (Servero) protegiendo la piedra filosofal.-¿Es como cuentan?.

-Es mucho peor Zoa, ese animal no es como un perro, no piensa como un perro. Los perros suelen ser leales a sus dueños, cariñosos incluso, pero aquella criatura solo tiene cierto parecido a un perro en su forma, por lo demás es una bestia sangrienta de sangre. Incluso a Ares le cuesta controlarlo a veces.

James y Zoa se miraron rápidamente. Ya tenían la forma de entrar en el panteón de Ares, pero claramente aquello no era lo mas difícil del plan. Lo mas difícil era hacerlo todo lo bastante rápido como para que Ares no notara que estaban allí, si no salir iba a resultar del todo imposible.

Zoa se puso la sabana encima se acercó a James para que este se metiera también bajo la sabana, esta parecía adaptarse perfectamente al tamaño de las personas que iban debajo, podían moverse con total tranquilidad y la sabana no se levantaba lo mas mínimo, tampoco rastraba por lo que no se tropezarían con ella. Rash suspiro y agarro la sabana con una mano para cuando se transportara poder mover a James y a Zoa con él. Aquello era una locura, iban camino a una muerte segura.

Aparecieron frente a una puerta franqueada por dos estatuas gigantes, las estatuas parecían haberse construido a la imagen de dos guerreros griegos, ante la sorpresa de James y de Zoa una de las estatuas movió su espalda hacia Rash.

-Soy Rash, primer guerreo inmortal de Ares, vengo a ver a mi amo y señor.-Dijo Rash imitando una reverencia como lo haría un antiguo general griego ante su rey o sus superiores. Las estatuas se miraron por unos segundos y luego movieron las espadas y la puerta tras ella se abrió. Sin decir una palabra mas Rash paso entre las dos estatuas con total tranquilidad para atravesar la puerta de acero. James y Zoa le seguían los pasos de cerca esperando que las estatuas no se dieran cuenta de su presencia pues si no podrían matarlos con tan solo mover uno de sus pies y darles un pisotón. Aquellas estatuas eran increíbles, si no fuera por su color y tamaño se podría decir que eran personas normales, que estaban vivas de verdad. 

-

La bestia. #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora