Capítulo 6: Zorra.

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Kate ya tenía pensado ayudar a Rash,  pero aun no se lo había contado a James, y la verdad es que aun no había decidido como ayudarlo, lo que sabía es que aquella bestia que Rash guardaba en su interior realmente no era tan mala. El era como un animal salvaje que había sido encarcelado en una jaula de cristal y estaba amargado, muy amargado.

En aquel momento se encontraba caminando por los pasillos del castillo, cuando escuchó pasos que venían directamente hacia ella. No sabia como pero Kate había aprendido a reconocer los pasos de Rash al lejos para poder esconderse de él. Le hacia gracia reconocer sus pasos y no saber en el fondo nada de él.

En vez de salir corriendo como siempre hacia se quedó parada, esperando encontrarse a Rash de frente. Para la sorpresa de Kate este iba acompañado ni mas ni menos que de James. Este le sonrió con su amplia, blanca y bonita sonrisa, Rash ni siquiera la miro y tenia la intención de pasar por su lado como si no la hubiera visto. Kate por inercia estiró la mano y lo agarro de la muñeca a lo que Rash reaccionó parándose de golpe y tensándose, aun estaba de espaldas a ella y podía ver su gran espalda totalmente tensa.

Con toda la tranquilidad Rash ladeo la cabeza para mirarla de reojo, su mirada parecía decirle que se largara de allí en aquel mismo instante, pero kate era muy cabezota y no pensaba irse tan fácilmente, y que estuviera allí James le daba mas fuerzas, como si el pudiera protegerla de la furia de aquella bestia.

-Como rey y reina deberíamos hablar aunque solo sea cinco minutos a solas, quiero saber por que te tuviste que casar conmigo si luego vas a ignorarme como si fuera...

-Una rata.-Le corto Rash a mitad de la frase y se giró para quedar de frente a ella y poder mirarla desde arriba, totalmente serio, totalmente frio y con una pizca de amenaza en su mirada.-Eres como una maldita rata molesta que solo sirve para molestar y que aparece cuando menos te lo esperas. Tengo planes para ti, pero ahora estoy demasiado ocupado en cosas importantes como para mirarte si quiera. Rata.

Kate dio un paso hacía atrás dolida, cuando James la llamaba ratita lo hacia en un tono totalmente amigable, cariñoso, e incluso adorable. Pero Rash lo decía con desprecio, comparándola realmente con aquellos animales sucios y asquerosos que andaban por los rincones, lo decía con odio para herirla a propósito. Y lo había conseguido. Miró hacia James para ver si este decía algo, pero en su mirada se veía que estaba entre la espada y la pared, admiraba a Rash pero tampoco quería dejar a Kate de aquella forma, pensaba que la pobre chica no había echo nada para recibir tanto odio gratuito.

-Rash va monos, tenemos que hablar de algunos asuntos importantes.-Dijo James finalmente para que por lo menos el rey no siguiera metiéndose con la pequeña reina que aun se veía dolida. Rash y James llevaban tiempo siendo amigos, desde que Rash lo había salvado en aquella guerra. Era tal el grado de amistad que James era de los pocos que lo llamaba por su nombre.

-Ve adelantándote James, tengo que cerrar algunos asuntos con la reina.-James miró a kate cuando Rash dijo esto, el pobre se había metido en una lucha que no era la suya y ahora estaba metido en el medio de dos bombas a punto de explotar. Tras un suspiro este se fue confiando en que su amigo tuviera dos dedos de frente y no le hiciera nada a kate.

Kate en parte se sintió traicionada por James, por que la hubiera dejado sola con aquella bestia, aunque sabía que si lo había enfadado era culpa suya y que su amigo no tenía por que lidiar con esto cuando no tenía nada que ver. Alzó la cabeza para mirarlo fijamente como toda una reina haría, aunque en su interior estaba temblando como una niña pequeña o como lo haría un ratoncito que acaba de ver a un gato agazaparse para atacarlo.

-Parece que no te queda claro que no soporto ni siquiera mirarte.-Kate alzó una ceja ante la respuesta de Rash. Aquello se lo imaginaba, pero aquel hombre era mas complicado de lo que le gustaría, no entendía por que si la odiaba tanto quería estar casado con ella.

-Si no quisieras ni mirarme no te habrías casado conmigo. -Rash suspiró totalmente frustrado con aquella pequeña mujer, la miró a los ojos y fue lo peor que pudo hacer en aquel momento. Se dio cuenta de que aunque su actitud ahora mismo era altanera y seria en su interior no era mas que una niña totalmente aterrada por no saber que iba a ser de ella.

Entonces se dio cuenta de algo, había cometido un gran error, había querido pagar la gran deuda de su padre con aquella pequeña chica que no tenía nada que ver. Pero pensó que la venganza de aquella forma podría resultarle la mas satisfactoria, puesto que aquel rey había matado a la mujer que mas amaba, por lo que en aquel momento pensó en el ojo por ojo y diente por diente. Llegando así a la conclusión de que lo que debía hacer era matar lenta y dolorosamente a la mujer mas querida de aquel bastardo.

Pero quizás aquella venganza podría no resultar, lo primero de todo por que si aquel hombre la había vendido a una panda de asesinos mucho no debía de querer a su hija. En aquel momento el odio que tenía Rash hacia aquella mujer se estaba convirtiendo en pena. Ningún padre en su sano juicio vendería a su hijo y lo sabía bien por que era padre y su hijo era lo único que verdaderamente le hacía feliz.

-Kate, te cambiare de habitación mañana mismo, pero no quiero verte no vaya a ser que cambie de opinión.

Rash le dio de nuevo la espalda y se marcho para volver a encontrarse con James y hablar de aquellos asuntos que lo tenían tan ocupados a ambos. Kate quedó totalmente sorprendida ya que no esperaba que la cambiara de habitación, si no que le gritara o insultara. Aquel hombre era un completo bipolar, pero no iba a quejarse, por lo menos había conseguido que le cambiase de habitación. Esperaba que no fuera a una peor por que entonces no podría soportarlo mas.

Días después para la sorpresa de Kate varias criadas fueron a su habitación para recoger sus cosas y ayudarla mudarse a una mejor habitación. Estaba totalmente agradecida y pensaba que realmente Rash y ella podrían tener una buena relación, esperaba no tener que volver a salir corriendo cuando escuchara sus pasos.

Cuando las criadas la llevaron a la habitación estuvo encantada, esta era grande y mucho mas cómoda que la otra, había incluso un gran ventanal que daba bastante luminosidad a aquella habitación. La cama era mucho mas grande e incluso tenia un armario nuevo, o parecía serlo.

Mientras las criadas guardaban sus vestidos escuchó los ladridos de un cachorro y la risa de un niño pequeño. Aquel debía de ser Jace, el hijo pequeño de Rash. A aquel pequeño lo había visto de lejos gracias a las ordenes de su serio y cabezota padre.

El cachorro con el que jugaba el pequeño entró corriendo en la habitación, seguido del pequeño Jace que intentaba detenerlo. El perro aprovechó para engancharse en uno de los vestidos que las criadas levantaba, destrozándolo en el acto y haciendo tropezar al pobre Jace, que cayó al suelo con un fuerte golpe.

-¿Estas bien?.-Se acercó al pequeño niño en brazos ignorando su vestido destrozado, este no le importaba lo mas absoluto al lado del pequeño niño que sollozaba entre sus brazos. Tras asegurarse de que no tenía nada se dio cuenta de que este solo se había asustado.-Tranquilo, esta todo bien.

Ladeo la cabeza cuando escuchó un alarido del cachorro del chico, una de las criadas le había metido una patada al pobre perro.

-¡¿Que haces imbécil?!.-No soportaba el maltrato hacía los animales por lo que no pudo evitar gritar. En aquel momento entró Rash echo una furia en su habitación, como si fuera a él a quien hubiera insultado.

-¿Que ha pasado aquí?.-Mas que una pregunta parecía un gruñido. Kate fue a responder pero la criada se le adelantó, sabiendo la bronca que le podía caer se inventó una gran mentira.

-Mi señor, su hijo y el perro entraron aquí y sin querer destrozaron un vestido de la reina, ella no quería pegarle al perro ni insultar a vuestro hijo, fue sin querer.-Dijo la criada echándole toda las culpas de aquello a Kate, como si ella no hubiera roto ni un solo plato en su vida. La mirada de Rash parecía arder en aquel momento. La bestia iba a salir y saltar sobre ella degollándola, aquella mirada le aterrizaba, sabia lo que iba a caerle encima después de aquello. Sabía que mínimo la meterá en un calabozo, la habitación de las ratas seria en comparación seria como el paraíso. Kate solo podía pensar en algo en aquel momento, que aquella criada era una gran zorra mentirosa y que ya se haría cargo mas adelante de ella, cuando se hubiera salvado de la rabia de Rash, si es que se salvaba.





La bestia. #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora