Capítulo 21: Guerreros enfrentados. 1/2

1.4K 168 6
                                    

Zoa cayó en el asiento del copiloto cuando James la empujo de ese modo, este había cerrado la puerta y en aquel momento se encontraba apuntando a la bestia que en aquel momento los estaba observando desde lejos entre dos arboles.

Desde donde estaba Zoa podía ver una bestia extraña, parecía ser un híbrido de humano y gato negro enorme. O mas bien de una pantera, algo bastante extraño. Jamas había visto así ni había leído nada acerca de criaturas con aquella forma. Pero desde donde estaba se podía ver que la bestia no parecía muy amigable, aquella no sería como el grifo, eso estaba segura, no se iría con tan solo hacerle una reverencia. Aquel animal o lo que fuera parecía estar sediento de sangre.

En aquel momento la bestia se estaba agazapando de manera que parecía que en cualquier momento correría hacía donde estaba James. El cual estaba solo armado con una pistola. Zoa lo miro fijamente desde el coche, la voz no le salia para decirle que se metiera en el coche con ella. No era capaz de decirle que se fueran hasta ponerse a salvo. Esperaba que James no quisiera hacerse el valiente y encargarse de la bestia con una simple pistola. Por que estaba claro que la bestia no se iba a parar por las balas.

Las bestia comenzó a correr hacía donde ellos estaban, Zoa por fin consiguió gritarle a James que se metiera en el coche. Este la ignoro y comenzó a descargar las balas contra el torso de la criatura que estaba cada vez mas cerca. Cuanto mas cerca mas enorme y letal parecía. Iba directo a James aunque no dejaba de mirarla a ella. Esa mirada fría y letal le estaba helando la sangre, era como si estuviera jurando que en cuanto acabara con James iba a matarla a ella. Estaba cada vez mas cerca y no dejaba de correr aunque James le estuviera disparando.

Las balas estaban atravesando su cuerpo pero aun así no se paraba. Zoa no supo como fue capaz de pensar y actuar tan rápido. Se montó en el asiento del conductor y aprovechó que James había dejado las llaves puestas para arrancar el coche y dar marcha atrás.

Al verla hacer esto James paró de disparar totalmente sorprendido, parecía que Zoa iba a salir de allí y dejarlo a solas con la bestia. ¿En serio la chica sería capaz de hacer eso? En eso pensaba James que no se dio cuenta de que la bestia esta ya a casi dos metros de él, a punto de desgarrar lo con una de sus garras.

De repente Zoa cambio de marcha y el coche salio disparado hacía delante. James en el ultimo segundo adivino lo que Zoa pensaba hacer y saltó hacia un lado, lo justo para que el coche no le rozara. La bestia estaba tan centrada en como iba a atacar a James que no cayó en la cuenta del coche y fue arroyado por esta. Zoa dio marcha atrás de nuevo volviendo a arroyar a la bestia. Cuando pensó que no iba a atacarlos mas paró el motor del coche y se dejó caer sobre el volante del coche sintiendo todo su cuerpo temblar debido a lo cerca que habían tenido a la muerte. Desde la ventana del coche Zoa pudo ver como James se acercaba a la bestia.

-¡Estas loco!¡ Metete en el coche y vamonos!.-James hizo caso omiso a lo que zoa le grito, se agachó frente a la vestía y le puso la mano frente a la nariz para comprobar que seguía respirando, para la sorpresa de zoa, james respiro aliviado cuando se dio cuenta de que la bestia seguía viva.

James fue hasta el maletero del coche, sacando una especie de cadena de plata, con la cual envolvió a la criatura lo justo para que no pudiera moverse. Zoa estaba observando toda la escena con los ojos como platos, sin poder creerse lo que estaba haciendo. James la miró de reojo sin decir una sola palabra.

Como si fuera lo mas normal del mundo cogió a la criatura en peso y como pudo la metió en el coche, dejándola tumbada en los asientos de atrás en una postura que seguro que no era bastante cómoda pues casi no cabía tumbado en los asientos. Como si fuera lo mas normal del mundo le pasó a la criatura una manta por encima tapándola.

Tras asegurarse de que la bestia. no iba a poder moverse ni atacarlos mientras estuviera en el coche cerró la puerta que daba a los asientos de atrás y se acercó hasta la puerta del conductor, abriéndola y mirando a Zoa fijamente.

-Pasate a tu asiento y dejame conducir.-Zoa dijo lo que le ordenaba pues no sabía que estaba ocurriendo en aquel momento, todo aquello la estaba superando, era como estar en una película de acción 3D, pero lo malo es que ella podría ser perfectamente uno de esos personajes secundarios que se mueren de un disparo o de una muerte lenta y agónica a los cinco minutos de la película.

Una vez que James se subió al coche arrancó, al menos no se había cargado nada del coche y podían ir a donde fuera que el chico quisiera llevar a aquella bestia. Mientras James conducía Zoa no podía dejar de mirar hacía lo asientos de atrás, la manta con la que estaba tapada la bestia se movía hacia arriba y abajo según la bestia respiraba. Si la bestia despertaba no sabía si las cadenas serian capaz de controlarla, si ni siquiera lo había matado atropellándolo dos veces.

-¿Donde vamos?.-Dijo Zoa cuando volvió a mirar a James, ya estaban en la ciudad y si la bestia escapaba podría causar un gran desastre. Quizás aquella bestia. había sido enviada por Ares para causar uno de sus desastres. Zoa llevó la mano hacía el collar que llevaba puesto, de ser así Rash le había mentido pues la bestia estaba cerca de ella y el colgante no la había protegido. Estaba comenzando a pensar que si que Rash se había ido para dejala tirada en medio de la ciudad. A merced de la lucha entre aquellos dos dioses. Lo que no entendía era el porque James se estaba metiendo en todo esto, un hombre normal hubiera montado al coche y hubiera dejado a la bestia allí en medio para que muriera de las heridas del atropello o para que atacara a otro ser vivo que no fuera ninguno de ellos dos.

-Vamos a llevarlo a mi sótano. Allí estará seguro al menos hasta que vuelva a su verdadero ser. -Zoa alzó una ceja por inercia, estaba comenzando a pensar que todo el mundo tenía conocimiento del mundo sobrenatural menos ella. James era un simple librero, un librero de lo mas normal del mundo o eso parecía. En realidad era un librero que tenía armas, mataba bestias y las llevaba a su sótano y que ademas sabía todo lo que ella no sabía de aquel mundo.

-¿A su verdadero ser? Dime que estas de broma y que esto no es real.-Dijo Zoa mientras se tapaba la cara con las manos, necesitaba tiempo para asimilarlo todo, y las cosas estaban ocurriendo demasiado rápido.

-Zoa, esta criatura es Rash.-Dijo James con voz seca y fría. Zoa ladeo la cabeza para mirarlo fijamente aun mas sorprendía. ¿Conocía a Rash? ¿A caso él era otro de los guerreros de Ares?. Zoa volvió a mirar hacía la criatura que seguía respirando costosamente en los asientos de atrás, podía ver como la manta se estaba empapando poco a poco de sangre por las heridas de las balas y las heridas que ella le había causado con los dos atropellos. Todo aquello parecía sacado de un libro de fantasía.

La bestia. #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora