Manuel miró a Mayte de una manera que hizo que ella se diera cuenta de que aún no sabía cómo hablar de la muerte de Gloria. Que él le revelara tanto ya era un gran paso. No hacía mucho, él habría respondido con una expresión de acero que no revelaría ninguna emoción. Así que él estaba progresando, lenta pero seguramente.
Entonces Blue preguntó de nuevo:
-¿Se pueden dar volteretas cuando se está muerto?
Ahora la expresión de Manuel era claramente de pánico.
-No veo por qué no -respondió Mayte.
-¿Tawanna se va a morir?
Mayte le apretó la mano y le dijo:
-Espero que no lo haga hasta dentro de mucho tiempo.
Blue miró a su padre.
-¿Y tú, papá?
Manuel se quedó helado, incapaz de decirle eso de que los marines no mueren nunca, que solo se van al infierno y allí se reagrupan.
-Todo el mundo se muere alguna vez -dijo él por fin--. Pero pienso estar por aquí mucho tiempo. Hasta que tú seas, por lo menos, tan vieja como lo soy yo ahora.
-¿Todo el mundo se muere? ¿Incluso el Conejo de Pascua?
-Uh, bueno, yo no soy un experto en Conejos de Pascua. Mayte sabe más de eso que yo.
Entonces los interrumpió la camarera para preguntarles si querían una mesa.
Emily era una mujer de unos sesenta años que llevaba allí desde que Mayte podía recordar, pero solo trabajaba ya por las tardes de los fines de semana, así que Mayte no la veía tan a menudo como antes. Miró a Blue y le dijo sonriendo:
-Eres la cosa más bonita del mundo.
-No -respondió la niña-. El G.I. Joe es más bonito que yo.
Para sorpresa de Mayte, Manuel no la corrigió inmediatamente diciéndole que ese soldado de juguete no era bonito. En vez de eso, dijo:
-Nadie es más bonito que mi hija.
Eso hizo que a Blue se le iluminara el rostro. Mayte deseó abrazar a Manuel. Deseó tener palabras para poder decirle lo importante que era ese momento, lo mucho que la pequeña necesitaba el amor y la aprobación de su padre.
-No me puedo creer que este sitio siga aquí -dijo Manuel cuando se sentaron en una mesa cerca de la ventana-. ¿Siguen dando esas magníficas hamburguesas con queso y patatas fritas?
-Sí, así es.
-Solía imaginarme que me estaba comiendo una de esas hamburguesas en vez de una R.C.
-¿Qué?
-Ración de combate.
Ella arrugó la nariz.
-No parece algo muy apetitoso.
-No están mal cuando no tienes otra cosa. Pero uno no se alista en los marines por la comida.
-¿Y por qué lo hiciste tú?
-Para ver mundo.
A Mayte le dio la impresión de que él no le estaba diciendo toda la verdad, pero no insistió en ello.
-¿Y lo has hecho?
-He participado en algunas operaciones conjuntas en Japón, Corea del Sur y las Filipinas, igual que en una crisis real en Oriente Medio y, más recientemente, en los Balcanes.
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Un Encuentro Inolvidable
FanfictionMayte Lascurain había estado enamorada en el instituto de Manuel Mijares y aunque ellos habían hecho el amor, el estaba tan borracho que no se acordaba de nada. Aquello era un alivio, pensaba Mayte, ya que ahora iba a ser la profesora de preescola...