Capitulo 14

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Jesús se levantó de la cama y abrazó a Goten para consolarlo pero este lo apartó bruscamente, sabía que no debía culpar al joven de lo ocurrido pero estaba enfadado, consigo mismo y con todos ¿¡Por qué siempre la tenía que cagar!? Si tan solo Jesús no hubiera venido a su encuentro, si no se hubiera tirado a sus brazos, si no se hubiera dejado llevar por esos besos ¿Qué pensaría ahora Trunks? Seguramente que no lo amaba ya que estaba con otro, y normal que pensara eso.

Goten se levantó y limpió sus lágrimas mientras miraba a Jesús que tenia su cara descompuesta ¿Por qué Goten no se daba cuenta que él lo quería? ¿Acaso no veía que le dolía verlo así, que le dolía cada desplante y rechazo? Goten era su profesor, él único que le dedicó una sonrisa cada vez que se sentía superado con el tema de su homosexualidad, cada vez que su padre le había gritado que se comportara como un hombre de una vez. Siempre había estado ese hombre con su sonrisa para hacerle sentir que todo estaba bien, pero no, se había enamorado de su profesor que a su vez estaba enamorado de un comprometido ¿qué clase se novela era esta?

—Goten siento esto, de verdad— el azabache miró al menor con sus ojos brillantes por las lágrimas.

—Sólo vete, quiero estar solo— dijo en un susurro para caminar hacia el sofá y tirarse en este. Jesús no se movió ¿debía de irse y dejar a este destrozado? Su corazón le decía que debía quedarse para permanecer al lado de ese hombre y ser quien lo abrazara con fuerza, hacer que se sintiera seguro entre sus brazos.—¡Vete! ¡Largo! ¡Fuera! ¡Fush Fush! ¿¡Cómo quieres que te lo diga!?

Jesús no dijo nada porque sabía que era el dolor el que hablaba por Goten, aunque eso no significaba que no le doliese como este le había tratado ¡El no tenía la culpa! Suspiró al salir y fue bajando las escaleras, en los últimos escalones pudo reconocer la figura de Trunks. Este estaba acurrucado, abrazándose a sí mismo mientras su cuerpo temblaba a causa de las lágrimas. Mordió su labio inferior y en un arrebato de valentía se sentó al lado del mayor para después acariciarle la espalda como muestra de apoyo. Sabía que él era la última persona en el mundo que Trunks quería ver en ese momento y que podía llevarse un buen golpe, pero simplemente no podía irse a su casa dejando a Trunks así.

—Hey Trunks...—empezó sin saber como seguir, quizás era mejor no decir nada.

El aludido levantó la mirada para encontrarse con los orbes marrones del joven, recordó la escena de este y Goten y sintió mucho odio.

—¿¡Qué quieres!?— sonó amenazante por lo que Jesús se hizo pequeño. A ver, él era alto pero no era grande de composición física. Mientras que Trunks apesar de ser unos centímetros más bajos que él tenía unos brazos que se asemejaban al tamaño de su cabeza, claramente estaba en desventaja.

—Yo...sólo quería saber si estabas bien.

—Claro perfectamente ¿no me ves?—Dijo sarcástico.

—Emn...Goten también está mal, él...creo que no quería

—No me hables de Goten, ya no me importa. Venía dispuesto a dejarlo todo por él, pero ya me he dado cuenta que no merece la pena ¿O sino iba a estar en mi casa jurándome un amor eterno y horas después ya estaba con otro en la cama? ¡Venga ya, hombre!

—A ver diciéndolo así suena un poco mal, pero él de verdad te quiere— Jesús bajó la mirada, esto le costaba decirlo pero... ¿qué podría hacer él? Goten nunca lo amaría como a Trunks así que prefería que fuera feliz, aunque fuera con otro.

—Ya claro— rió con armagura.—No me creo nada de él ya ¿sabes qué? Para ti, tienes campo libre. Adiós.

El oji-azul salió del bloque sin saber muy bien a donde dirigirse, no queria volver a encerrarse, no le apetecía. Decidió vagar por las calles repletas de gente, el barbullo le hacia entretenerse pero seguía absorto en sus pensamientos. Estaba enfadado, deseaba que la boda llegase ya y así podría volverse con Mai a los Angeles, quería ser feliz de una vez por todas. Un recuerdo a la velocidad de la luz llegó a él, cuando había sido feliz los meses que vivió con su mejor amigo ¿Cómo se había complicado todo?  

La boda de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora