La boda de mi mejor amigo

Capítulo 11: Te amo

—Hola amor ¿Cómo has estado?— le preguntó Trunks a Mai cuando llegó a su casa.

—Bien, Marron es una chica loca y divertida— dijo riendo al recordar las cosas que habían hecho— ¿Y tú?

—He tenido una tarde tranquila con Goten— Trunks empezó a quitarse la chaqueta y la camisa para ir a tomar un baño.

—Marron me ha hablado mucho de Goten y de ti, al parecer sois muy unidos — Trunks se quedó petrificado ¿Qué le habría dicho esa tonta?

—¿Qué te ha dicho?

—Nada en especial, hubo un momento donde me llevo a su casa y me sacó un álbum de fotografías donde estabais los tres. Me contó que de pequeño eras muy protector con Goten, me hizo gracia. Serías tan mono— Mai se acercó a Trunks para pasar sus manos alrededor del cuello de este y besar en sus hombros. Trunks sonrió.

—Bueno lo veía como a mi hermanito— Trunks sabía que esa no era la razón. Desde muy pronto había sentido algo por Goten simplemente era demasiado pequeño para decir él que, después vino la negación a sentir algo por un chico y finalmente la aceptación. Prácticamente había crecido enamorado de ese chico y ahora se lo tenía que sacar de la cabeza.

—He quedado mañana con Marron, me esta haciendo un tour por la ciudad.

—Yo voy a ir a hacer ejercicio con Goten, costará.

—Oh vamos estas en forma.

—Lo digo por él, es un vago— Trunks se giró para coger con una mano por la cintura a la chica y con la otra acariciar su melena.— ¿Estás bien con eso o prefieres que vaya contigo?

—Esta perfecto, diviertete con Goten.

— Lo haré— rió para dejar un beso en esta.   

(...)

A la mañana siguiente, Trunks, se despertó muy temprano, a las 5 de la mañana. Entonces cogió dos bicicletas las montó en su baca y condujo hacia el apartamento de Goten. Quedaba poco más de dos meses para que llegara su boda y después de eso irse a Los Ángeles. Ahora quería parar el tiempo porque no quería irse, ni siquiera tenía claro si se quería casar. Tenía que casarse, Mai lo quería y él la quería, se llevaban bien, podían llevarse horas hablando y riendo, no tenían ningún problema ¿Entonces que fallaba? ¿Por qué sentía que estaba haciendo todo mal? Podía imaginarse un futuro junto a Mai...y quizás era eso lo que no le gustaba que en este no aparecía Goten ¿Tenía que apartar a este para ser feliz con Mai? ¿No se supone que debería serlo sin apartar a nadie? Y menos por el miedo de sus sentimientos.   

Llegó al apartamento y abrió la puerta de la casa, entró hasta la habitación del azabache y se encontró a este abrazando como si fuera un koala a la almohada que le había pertenecido a él. Sonrió enternecido y se acercó lentamente al borde de la cama donde se sentó. Empezó a acariciar los cabellos, ya largos de nuevo, de este y después pasar su dedo por la mejilla. Se estaba quedando embobado por ese rostro infantil que había admirado tantas veces ¿Cómo dejar de admirar a una perfección? Quizás sólo le parecía perfecto a él pero eso ya era más que suficiente. Se dio un golpe mental para después acercarse al oído de Goten y gritar fuerte en este.  

—Mierda ¿Qué haces? Casi me matas de un susto — se quejó molesto Goten mirando con reproche como Trunks se reía a carcajadas.— ¿Qué hora es?— habló mirando su despertador que marcaban las 5:30 de la mañana.—¿Enserio, Trunks? No pienso levantarme— Después de eso cogió las mantas y se tapó entero. Trunks las agarró y tiró hacia atrás empezando así un forcejeo con el azabache.

—Está bien te dejo un poco más mientras preparo el desayuno.

Trunks se dirigió a la cocina mientras vio de soslayo como Goten le sacaba la lengua y se volvía a tumbar. Abrió la despensa y murmuró enfadado que no había nada en esa casa, todo estaba vacío. En el frigorífico había leche y en el mueble cereales ¿Tendría que desayunar eso? Formó una mueca molesto ya que él acostumbraba a desayunar café con tostadas, galletas saldas y un vaso de naranja natural... después de todo era la comida más importante del día ¿no?