Towers {Antoine Griezmann} {NEM #2}

Capítulo 3

–Así que ahora resulta que tenéis dos hermanos–dice Amil mientras se sienta

–Pues sí.

Suspiro y me tapo la cara con las manos.

–Eh, tranquila–Amil me abraza

–Es mucho de golpe–suspiro

Antoine acaricia mi espalda protectoramente.

–Amil–Yan la llama–, tenemos que irnos ya. Mi madre está al llegar... No es el mejor momento para mencionar eso, ¿no?

–Da igual, Yan–sonrío–. Pasarlo bien.

Amil besa mi mejilla y se va con Yan.
Luna entra antes de que cierren la puerta seguida de Saúl.

Se sienta a mi lado.

–¿Por qué nunca me dijiste nada?–pregunto molesta

–Tenía 4 años cuando pasó todo, Noa. Son cosas no agradables de recordar.

–¿Y crees que es agradable que venga un desconocido y te lo suelte todo de golpe?

–¡Yo también creía que mamá estaba muerta!

–¿Y ellos qué? ¿Desaparecieron por arte de magia?

Luna se mantiene callada.

–No discutáis–Anto intenta calmar el asunto–. A los dos os está pasando factura todo esto.

–Estoy de acuerdo con el rubio–dice Saúl mientras muerde una galleta

Antoine le echa una mirada fulminante y me abraza.

–Lucas nos llevará con mamá esta tarde–anuncio y dejo que Antoine me abrace

–¿Has pensado que tal vez yo no quiera ir?

–Pues no vayas. Yo necesito saber toda la verdad.

–¿Y si te mienten?

–¿En quién voy a confiar entonces? Tú me mentiste y ellos van a contármelo.

–Yo no me fiaría–murmura

–Haz lo que quieras.

Me deshago del abrazo de Antoine y salgo del apartamento dado un portazo.

Camino apresuradamente escaleras abajo y, al llegar al portal, me echo a llorar.

No puedo aguantar más con ese nudo en la garganta. Luna me lo ha ocultado todo, Lucas aparece de la nada diciendo que es mi hermano y mi madre nos abandonó de pequeñas. Ya no sé en quién confiar.

Me escondo bajo las escaleras y me quedo allí un rato. Siento a alguien bajar las escaleras y llamarme. Es Antoine.

Salgo de mi escondite y lo miro. Está preocupado.

–Ven aquí, anda.

Me abraza y besa mi cabeza.

–No puedo, Anto. No puedo con todo esto.

–Sí que puedes, puedes con todo. Eres muy fuerte, pequeña.

Le miro a los ojos, está preocupado.
Escondo mi cara en el hueco de su cuello. Me siento fuerte a su lado, pero no sin él.

–¿Vas a hacer las paces con tu hermana?–pregunta

Asiento con la cabeza.

–No te vayas–susurro–. No te vayas nunca de mi lado.

–Lo prometo.

                               (...)

Lucas aparece al final de la calle en un coche bastante nuevo. Va solo.