Capítulo 7

733 41 65
                                    

–Ábreme.

Bufo y me levanto a abrir la puerta.

–¿Qué pasa, Lu?

–¿Quieres explicarme por qué habéis discutido Antoine y tú?

–Son cosas nuestras.

–Puedes desahogarte conmigo.

–El otro día me vio con Marco en una cafetería y se puso celoso. Marco me dijo que él quedaba con una tal Erika y yo saqué el tema.

–¿Y cuándo vais a pediros perdón?

–¿Perdón por qué? Fue él quién tomó la decisión de pasar la noche en su apartamento. Si no ha vuelto por aquí en lo que va de semana será por algo.

–¿Vas a venirme con el cuento de que no te importa?

–Vale, Lu. Me duele. Estoy mal. Pero no voy a correr detrás de él.

–Saúl está hablando con él. Sois muy cabezones los dos.

Ruedo los ojos y me siento en el sofá.

–¿Y esas rosas?

Observo el jarrón que tiene las rosas, está en el centro de la mesa del salón.

–Me las trajo él. Me las tiró antes de irse.

El timbre vuelve a sonar y me levanto a abrir.

–Buen sitio para las flores. Están bonitas, pero no hacen justicia a tu belleza.

–Déjate de piropos y pídele perdón–Saúl le da una pequeña patada en el gemelo

–Eso es algo que debemos hablar a solas–murmura Antoine

Luna se levanta y sale del apartamento tirando de Saúl.

–¡Si os reconciliáis usar protección!–exclama Saúl

Antoine cierra la puerta rodando los ojos y yo contengo un suspiro.

–Lo siento–murmura–. Me he comportado con un imbécil poniéndome tan celoso. Sé que tengo que confiar en ti, pero con lo maravillosa que eres también comprendo que tengas más pretendientes. Aunque yo solo te quiera para mí.

Me mira arrepentido.

–Yo tampoco debí aceptar ese café con Marco, lo siento.

Coge mi mano.

–Te prometo que no hubo nada con Erika. Simplemente vino de visita y bueno, no la iba a dejar estancada.

–Siento haber sacado el tema.

–Somos dos cabezones.

Reímos y juntamos nuestras frentes. Antoine acaricia mi mejilla y une nuestros labios.

Es un beso dulce e intenso al mismo tiempo. Sus manos se cuelan bajo mi camiseta y me acarician la espalda.

Tiene las manos calientes y suaves, y me acaricia la espalda con suavidad, haciendo que el contacto sea agradable.

Se deshace de mi camiseta y me sube a su cadera. Enrollo mis piernas alrededor y beso su cuello.

Él nos conduce a la habitación, donde nos dejamos llevar como tantas otras veces.

                                (...)

–Hola, peque...–susurro mientras cojo a Iván, que acaba de despertarse–Mamá y papá están haciendo recados y te han dejado con los padrinos.

Iván hace una especie de sonrisa.

–No le digas mentiras al niño–Antoine me lo quita–. Mamá y papá están haciendo cosas poco inocentes que tus inocentes ojitos no pueden ver.

Towers {Antoine Griezmann} {NEM #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora