¿Princesas? No lo creo

XXXVI: Mal de amores

El reino de Tormenta celebraba una ocasión muy especial el décimo sexto aniversario del nacimiento de la princesa Malory era un evento digno de recordar, aún más cuando la adorada reina Violeta había despertado de su congelada existencia, estaba lista y recuperes para hacer su aparición triunfal en tan especial evento

- ¿ya despertó?

-si querida pero tu hermano aún no está en condiciones de socializar ve a arreglarte para tu fiesta no querrás que el príncipe de Noche te vea así ¿cierto?

-tienes razón madre no estoy para nada bonita – dijo la princesa de Tormenta

-pero si tú siempre te ves hermosa - dijo la voz del joven heredero de Noche a las espaldas de ambas - reina Violeta- dijo el al momento que hacia una reverencia- es un placer tenerla de vuelta

-el placer es mío en el regresar - rio ella- como has crecido la última vez que te vi eras solo un chiquillo

-los años han causado su efecto, pero usted sigue viéndose tan joven - la alago el príncipe

- creo que algo bueno resulto de ser una estatua de hielo - respondió con una pizca de gracia- es una lástima que mi hijo no le encuentre ese lado bueno

-¿Flash aun no despierta?- pregunto Blake esperando saber algo sobre el que solía ser uno de sus mejores amigos

- lo hizo, pero no lo está tomando muy bien

-madre permíteme ver a mi hermano

- Malory el especifico que quería estar solo

- ha estado solo demasiado tiempo - replico la princesa molesta antes de abrir las enormes puertas que estaban a su espalda y cerrarlas tras de ella, la habitación era la misma que el joven utilizaba antes de convertirse en estatua y todo estaba tal y como lo había dejado, sentado en la cama con un libro cubriéndole la cara estaba Flash

-te dije que quería estar solo madre- dijo el con una voz aguda sin duda alguna de un niño

-sabes que nunca me ha gustado seguir ordenes hermano - respondió Malory mientras que al otro lado de la puerta Blake convencía a la reina Violeta de darle un momento a ambos para que hablaran. El príncipe bajo el libro de su cara y miro a su hermana

- ¿Malory? - pregunto el mientras se bajaba de la cama, era tal y como Malory lo recordaba, seguía siendo un niño, tenía esa mirada perspicaz que lo caracterizaba sin embargo la princesa no espero a que el niño decidiera ir a ella, atravesó la habitación y abrazo al pequeño mientras un par de lágrimas surcaban sus mejillas

- No tienes idea de cuanto te extrañé- lloro ella- creí que te había perdido a ti y a mamá

- parece que sigues siendo la reina del drama- dijo él - Aunque ciertamente tu si has crecido - dijo mientras la miraba de arriba a abajo - ya basta de llorar Malory – pidió mientras le indicaba que se agachara a su altura y le secaba las lágrimas - estoy aquí y no me iré, guarda esas lagrimas para el funeral

- ¿funeral? - pregunto desconcertada de repente

-enserio crees que dejare en paz a quien nos hizo esto a mi y a mamá pero luego hablaremos de ellos, será nuestro secreto - Malory sonrió con tristeza al recordar esa frase que su hermano siempre decía antes de cometer una travesura en conjunto - ahora mírate ¡por el relámpago! ¡estas hermosa!

-nunca creí escuchar eso de un niño

- es solo la envoltura, soy un chico de 17 años atrapado en este maldito cuerpo lo que solo hace más desgraciada mi existencia - replico el molesto