XXXV: Decisiones

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La joven Tania siempre tan callada manteniéndose al margen, nadie creería que de todas sus amigas ellas fuera la primera en pisar ese imponente palacio sin necesidad de que sus dones despertaran del todo y sin que sus dos protectores notaran algo. La princesa le conto a las hermanas tiempo todo lo que la llevo a ese lugar.

-Comenzó en el internado -decía Tania- cuando mi compañera Amelia se fue y en su lugar llego Pansy demasiado alegre y amable para una persona promedio, pero encontré en ella una amiga, un día paseaba por los jardines como de costumbre y escuche la voz de Pansy me acercarse para saludar, pero note que hablaba con alguien – la joven princesa se llevó una gran sorpresa al darse cuenta que hablaba con un niño los cuales no estaban permitida su visita

-no deberías estar aquí Tania siempre viene a los jardines -dijo su amiga

-lo sé yo también la cuido, pero tenía que darle algo a mi hermana por su cumpleaños - decía el niño mientras le entregaba una caja morada la cual Tania no vio su contenido

- Son hermosos Bruno gracias - decía mientras lo abrazaba Tania se escondió para evitar que la vieran , la conversación continuo sin embargo volvió a asomar su cabeza justo a tiempo para ver como las enredaderas del jardín trepaban a los brazos del chico para posteriormente envolverlo y ayudarlo a subir a un árbol , Tania no dijo nada en ese entonces no quería perder a su mejor amiga en caso de que ella la creyera una entrometida solo por preguntar y con el pasar de los años ella siguió notando más cosas extrañas como que Hilary iba al bosque todas las tardes a la misma hora o el hecho de que su amiga parecía jamás tener frío , que de las manos de Fátima a veces salía humo o que Acua parecía entender a los peces ,todas rarezas que observo y analizó en silencio ninguna tenía lógica y estaba pensando seriamente en que se estaba volviendo loca sin embargo todo encajo en su lugar cuando encontró aquellos viejos libros y esos libros le dieron todas las respuestas , ella descifro todo con solo leer

-haz una pausa querida- la interrumpió una de las hermanas tiempo- ¿tu leíste esos libros?

-si ¿de qué otra forma iba a saber todo esto? - repuso Tania

- discúlpanos un momento querida - insistió la misma mujer mientras ambas se aproximaron a la puerta, las hermanas murmuraban cosa que Tania no lograba escuchar, su vista recorrido toda la estancia era una linda habitación con techo alto con un lindo candelabro colgando y los ventanales con una vista a los jardines

- ¿más té? - dijo la segunda hermana mientras le servía e insistía en que lo bebiera – por favor continua con tu historia- pidió la mujer y Tania así lo hizo sin embargo volvió a ser interrumpida bruscamente - ¿no te sientes confundida? ¿parpados pesados? ¿algo? - fue entonces cuando las piezas encajaron en su cabeza, se sentó derecha, se acomodó el vestido y sonrió con dulzura

- si lo que acaban de darme en el té es alguna clase de sus pociones me temo que no funcionara - respondió ella sin borrar su amable sonrisa

- De ninguna manera intentari...-empezó a decir la primera hermana sin embargo la segunda la interrumpió bruscamente

- nuestras pócimas nunca fallan

- lo hacen si antes tome una que yo misma preparé -sonrió autosuficiente Tania-ya viví mucho tiempo en la ignorancia y agradecería que no me regresarán ahí

- ¿tu misma preparaste? pero eso es imposible a menos que ...

- no es posible-replicó la otra mujer abriendo los ojos mientras analizaba a Tania de pies a cabeza, esta a su vez se sintió algo incómoda y se removió nerviosa en el sofá

- ¿Qué es lo que no es posible? - se atrevió a preguntar la joven princesa

- Lo que es imposible es que tu leyeras eso libros en primer lugar y el hacer una poción tu misma

¿Princesas? No lo creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora