Parte sin título 7

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Emma no sabía cómo actuar cuando entró en el despacho de Regina después de volver del viaje. Ella se paró, su mirada vagó hasta su mesa y allí estaba Regina, tan concentrada en lo que estaba haciendo que aún ni se había dado cuenta de su presencia.

«Hola» dijo media ronca

«Hola, Emma» Regina miró el reloj, la alumna estaba atrasada y Emma nunca se retrasaba «Pensé que ya no venías»

«Yo...solo perdí la noción del tiempo» dijo caminando hasta su mesa.

«¿Y qué estuvo ocupando tu mente para perder dicha noción del tiempo? Nunca te atrasas»

«Bueno...estaba pensando...en lo extraño que es esto» dijo Emma dejando su cuerpo caer en la silla «Yo tenía razón. Es extraño estar aquí después de todo lo que ha pasado»

«¿Te estás replanteando el plan?»

«¡No! ¡Nunca!» Emma se apresuró a aclarar «Solo...no sé cómo actuar»

«Solo haz como antes»

«¿Como antes?» la rubia sonrió «Probablemente ahora te estaría provocando»

«Sí, probablemente» Regina se mordió el canto del labio

«Y probablemente te diría que mi compañera de cuarto está fuera. Y que nadie notaría si por casualidad fueras a mi cuarto»

«Emma, sabes que no puedo hacer eso»

«¿Conseguiste dormir anoche? Porque yo no, te extrañé, como si fueras parte de mí»

«También te extrañé...pero solo ha sido una noche, aún tenemos muchas por delante. Vamos a tener que acostumbrarnos»

«No quiero tener que acostumbrarme a estar sin ti»

«Pero tienes que hacerlo. Por ahora»

Emma recalcó

«Pues entonces ven solo esta noche, quizás tu olor se quede en mi cama y así consiga dormir»

«Emma...»

«¡Por favor!»

Había muchas cosas a las que Regina conseguía resistirse, pero aquella mirada de Emma no era una de ellas.

«Está bien, pero no voy a quedarme a dormir, solo estaré un rato. Alguien puede darse cuenta»


Cuando Regina entró en la habitación con Emma, se quedó inmóvil, parecía que no quería tocar nada para que no dejar señales de que estuvo ahí.

«Te puedes sentar» dijo Emma sentándose en la cama

«No creo que sea seguro»

«La puerta está trancada, nadie te ha visto entrar. Mi compañera de cuarto no regresa hasta mañana»

«Lo sé. Solo...no debía estar haciendo esto»

«¿El qué? No estamos haciendo nada» Emma se puso en pie y tomó las manos de la profesora en las suyas «Lo que no quiere decir que no podamos hacer»

Regina miró de arriba abajo a la muchacha, tenía aquella misma mirad depredadora del día en que se conocieron. Sabía que tenía razón al no querer entrar en ese cuarto. Pero ahora que estaba ahí, ya no había vuelta de hoja, porque no quería salir.

Emma se recostó lentamente en la cama y atrajo a Regina hacia ella. El cuerpo de la morena estaba encima del de la rubia, sus piernas enlazadas, sus cuerpos encajados perfectamente. Los labios de la profesora a centímetros de los de la alumna.

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