Parte sin título 5

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Regina se apretó el puente entre los ojos, no sabía por cuánto tiempo más iría soportar aquello.

«No voy a huir, Emma» dijo con clama «Que yo te quiera es irrelevante aquí, ¿no lo consigues ver? Me gustaría mucho besarte, llevarte a mi cuarto conmigo, pero no lo voy a hacer. Tú estás jugando duro conmigo, déjame que te hable claro yo. No se me pasa por la cabeza arriesgar todo lo que he conseguido por una aventura contigo...» las palabras casi morían en la boca de Regina, pero sabía que necesitaba poner fin a aquella locura, aunque tuviera que mentir «No mereces la pena» la última frase fue el tiro de gracia.

Emma escuchaba todo en silencio. Regina pudo ver claramente las lágrimas comenzando a deslizarse por el rostro de la muchacha.

«Está bien...no te voy a buscar más» murmuró la rubia antes de salir corriendo.

Regina dio dos pasos hacia atrás, apoyándose en la pared, y entonces también se permitió llorar, lo último que quería hacer era herir a Emma, pero era el único modo de apartarla y eso era lo correcto, por lo menos creía que lo era, hasta ver a Emma salir corriendo.

Las semanas siguientes fueron increíblemente sosegadas. Emma llegaba a clase y a su trabajo como asistente a la hora, solo se dirigía a Regina cuando era necesario. Al comienzo, la profesora incluso apreció esa calma, pero echaba de menos la sonrisa de la muchacha más que cualquier otra cosa en el mundo.

«No tienes que terminar todo eso hoy, Emma, lo sabes» dijo Regina observando el montón de expedientes sobre la mesa. Emma los estaba digitalizando.

«No importa, profesora Mills, quiero terminar hoy, mañana por la mañana no tengo clase, puede dormir hasta más tarde»

Regina abrió la boca para comentar algo, pero fue interrumpida por su teléfono.

«Sí, claro. No se preocupe, mi asistente puede ocuparse de eso. Gracias, Rector»

La morena cortó la llamada y sonrió ante la ironía del destino

«¿Emma?»

«¿Sí?»

«El Rector acaba de llamarme, nos vamos a un Congreso a California»

«¡California!» una sonrisa se formó en los labios de la rubia, siempre soñó visitar aquella ciudad. Claro que como su situación financiera no era de las mejores, no pensaba hacerlo hasta no tener un empleo.

«Es bueno verte sonreír de nuevo» Regina no consiguió evitar comentar

Emma la miró en silencio por un segundo.

«Entonces, ¿quiere que reserve pasajes y hotel?»

«Sí» Regina se dio cuenta que la rubia había vuelto a su tono profesional.

«Está bien, me encargaré de eso mañana»


Cuando Regina y Emma llegaron al hotel, el sitio era un caos. Parecía que todo el país había ido al congreso y había decidido hospedarse en el mismo hotel. Emma se metió en medio de la multitud en el mostrador intentando conseguir las llaves de sus cuartos.

«¿Cómo?» dijo la rubia con rabia «Yo reservé esas habitaciones hace tres semanas»

«Discúlpeme, señora, como puede ver temeos un problema de overbooking»

«¡No deberían reservar habitaciones que no tienen!»

«¿Qué sucede?» apareció Regina preguntando con calma

«Nuestros cuartos ya han sido ocupados» resopló Emma

La mujer comenzó a teclear en su ordenador, nerviosa.

Wicked GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora