Parte sin título 26

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«¿Crees en las almas gemelas?» preguntó Emma mientras se llevaba la mano de Regina a los labios y le iba dejando besitos en ella.

«Creo...que este mundo es muy grande para que vivamos solos»

«¿Crees que soy tu alma gemela?»

«Emma, después de todo por lo que hemos pasado, creo que somos todas las definiciones que ya han inventado para las personas que se aman. Y las que aún quedan por inventar...eres mi alma gemela, el amor de mi vida, mi final feliz o como lo quieras llamar»

«Por eso dijiste sí»

«Por eso dije sí. Nunca podría decirle sí a nadie más. Pero Emma, sabes que no va a ser fácil, ¿verdad?»

«Lo sé. ¿Tienes que hablar con ella, verdad? Y también está tu madre»

«Em, sé que no quieres escuchar esto, pero Jessica es alguien importante para mí. Estuvo ahí en mi peor momento...y ese tipo de cosas no se pueden olvidar»

«Lo entiendo. Yo me marché y ella fue la que te cuidó...desgraciadamente para mí no puedo cambiar eso»

«Tengo que hablar con ella pronto, porque ya he empezado de forma equivocada, no debería haberme acostado contigo antes de acabar con ella»

«¿Lo harás hoy?»

«Sí, todavía debe estar en la fiesta buscándome. No querría tener que dejarte ahora, estoy tan bien aquí, pero...»

«Está bien, ve, tienes razón, tienes que hacer esto de la forma correcta. Ella es una persona importante para ti y es lo mínimo que se merece»

Regina sonrió al escuchar aquello, Emma estaba de verdad diferente.

«Entonces, voy» dijo levantándose de la cama «y en cuanto pueda vuelvo contigo»

«Es lo único que quiero, que siempre regreses a mí»


«¿De verdad me vas a dejar por esa muchacha que te hizo sufrir tanto?» dijo Jessica en un tono que Regina no conseguía descifrar, quizás fuera una mezcla de rabia y dolor, o tal vez tristeza, pero sonaba demasiado fría para que fuese eso.

«Perdóname, no quería que las cosas entre nosotras terminasen así. Pero no puedo cambiar lo que siento»

«Sabes que te hará sufrir de nuevo, ¿verdad?»

«Quizás, pero la amo y cuando se ama a alguien tienes que estar dispuesto a sufrir un poco por esa persona»

Jessica sacudió la cabeza de un lado a otro, parecía que no podía creerse lo que estaba escuchando.

«Tu madre tenía razón. Le dije a ella que me amabas, que todo estaría bien. ¿Y sabes lo que ella me dijo?» tomó un sorbo de su bebida «Que ella podía ver en tus ojos que no me amabas, que aún amabas a Emma. Y que yo solo ganaría esta batalla si hacía algo definitivo para que fueras definitivamente mía» Regina escuchaba todo en silencio «¿Sabes? No quise creer al principio, pero cuando los días fueron pasando y la boda de David se fue acercando, empezaste a estar diferente, ni tuve necesidad de que Cora me alertase, pero aun así lo hizo, dijo que yo tenía que hacer algo. Y yo, idiota, creía que podía hacer algo para que te quedaras conmigo...» Jessica abrió su bolso que estaba sobre la mesa y sacó una cajita de terciopelo «iba a pedirte que te casaras conmigo...» la pelirroja se puso en pie y puso el anillo delante de Regina «Creo que ya es tarde para eso, ¿no?»

«Jess, perdóname...nunca he querido hacerte daño...»

«¡No me llames así!» Jessica explotó «Si pudiera, nunca más te miraría a la cara...pero no puedo, desgraciadamente trabajamos juntas»

Wicked GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora