Parte sin título 23

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Mientras caía en un profundo sueño, escuche que un coche se aparcaba afuera de la casa pero no fui a ver porque me quede dormida. Una suave brisa hizo que mis sentidos despertaran haciendo que la pereza desaparezca en mí, solté un pequeño bostezo y me levanté de mi cama, me dirigí a la ventana para ver el paisaje, como siempre el cielo azulado con nubes esponjosas, las avecillas cantando y esa suave brisa que te hace sentir tan relajada, entre a mi habitación a cambiarme pero no tenía ganas y no importaba si estaba en fachas y con el pelo desarreglado que más daba si mi madre ni nadie se encontraba a excepción de mi prima pero conociendo lo relajada que es no creo que le importe, podía ir a desayunar así, incluso estar todo el día sin arreglarme ni nada de eso.

Salí de mi habitación con dirección al comedor y mientras bajaba las escaleras recordé que una vez mi madre me decía:

-medali eres una señorita, no puedes bajar corriendo las escaleras, no debes hacerlo y además podrías caerte-

Me reí internamente porque si mi madre estaría aquí diría:

-Que te eh dicho Medali sobre bajar las escaleras de ese modo-

Por el aroma que venia del comedor diría que ya está servido el desayuno así que me di prisa, no sé por qué ya que no había nadie pero igual tenía hambre, al entrar al comedor me doy una gran sorpresa de esas que no te la ves venir.....

Mi madre y mis hermanos se encontraban en la mesa, menos mi padre, estaba feliz de que hayan regresado así que iría a abrazarlos pero la voz de mi madre me interrumpió:

-Medali Lindbergh que son esas fachas y esa manera de entrar-

Cuando me acercaba a mi madre para saludarla me dijo:

-señorita antes que nada anda a cambiarte-

No tuve más opción que hacerle caso, llegue a mi cuarto y sin ganas me empecé a vestir, luego me peine, deje soltar un pequeño suspiro y dije:

-supongo que ahora no me dirá nada mi madre-

Baje las escaleras moderadamente ya que no quería ganarme otra el regaño de mi madre, cuando llegue al comedor no encontré a nadie, oí voces que provenían de la sala así que supuse que debían estar ahí, me deprimí un poco porque una de las cosas que más detesto es comer sola, odio mucho eso, la comida no sabe igual a tal punto que ni apetito me da pero debía comer después de todo no ha pasado mucho desde mi accidente y si quiero que mi cuerpo no recaiga tengo que comer.

Baje las escaleras moderadamente ya que no quería ganarme otra el regaño de mi madre, cuando llegue al comedor no encontré a nadie, oí voces que provenían de la sala así que supuse que debían estar ahí, me deprimí un poco porque una de las cosas q...

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Di la primera mordida a mi ensalada de frutas y cada cucharada se me hacía más difícil seguir porque prácticamente se me había ido el apetito, no pude más y solo comí eso por más que quería seguir comiendo ya no podía.

Me levante de la mesa y me dirigí a la sala, no sé porque pero cuando llegue no había nadie, en mi mente dije:

-Debe ser una broma-

Quien Soy Yo?Where stories live. Discover now