Metí la llave en el cerrojo de la puerta, le di una vuelta hacia la derecha, ise un poco de presión hacía dentro y la puerta se abrió de inmediato, la abría lo suficiente para poder entrar y bote mi bolso a un lado para automáticamente ver a Francia con un caballero de unos cuarenta años poniéndose de pie al verme.
—¿Quien es el? -Pregunte rápidamente sin siquiera saludar.
—El es el señor Mikaelson. -Respondió Francia al verme y la mire esperando una respuesta mas elaborada. —Sera tu psicólogo.
—¿Perdón? -Dije entre risas. —Yo no necesito ningún maldito psicólogo. No estoy loca. -La mire seria.
—Nathalie... Un psicólogo no trabaja con locos, yo se que tu no estas loca, yo solo te quiero ayudar. -Dijo el hombre de edad mirándome.
—Queremos mandarte a Frambislei, es... Un internado para chicos y chicas que necesitan algo de ayuda. Tu la necesitas Nathalie. -Me dijo Francia ¿Estaba loca?. —Los cortes en tus muñecas... No puedes seguir asiéndolo.
—Ni lo sueñes Francia, a mi no me mandas a ningún puto internado yo estoy bien en mi instituto no necesito la ayuda de ningún viejo loco.-Respondí saliendo de mis casillas, no podía ¡No podían hacerme esto!
—Lo harás. Y no se discute mas Nathalie. No permitiré que te sigas asiendo daño.-Francia elevo su voz ¿Quien mierda se creía para hacer esto?
—Tu no eres nadie, eres una maldita persona amargada que no sabe como cuidar a una adolescente, no sabes que mas hacer para volverme miserable. -Aguante mis lagrimas, no se lo permitiría, ella no me vería llorar por nada del mundo.
—Es por tu bien pequeña... -Dijo siendo tierna. Mentía. A mi no me engañaba con esa preocupación falsa.
—Te odio... Y no, ¡No estoy loca maldita sea! -Grite completamente envuelta en furia y corrí a mi cuarto y cerré con llave para tirarme al piso y romper en llanto ¿Por que? ¿Por que no podía suceder eso a otra persona? ¿Por que dios me castigaba de esta manera? No lo merecía, o claro que no lo merecía, no tenía por que pasarme todo esto a mi, no tenía ¿por que ami? ¿Por que únicamente a mi?