Luego del hermoso día con Adam y Jennifer, tenía que regresar a la realidad, ¿Cual era mi realidad? Mi casa, mi vida con Francia, mis recuerdos, la foto de mis padres en mi mesa de noche, las marcas de uñas que dejo cuando me dan mis ataques de Epilepsia. Y todo lo demás.
Entre, y inmediatamente sentí el horrible olor a la Pizza, como odio esa maldita comida, ¿Por que no se pueden comer las cosas por separados? Es un estupidez juntar todo, queda horriblemente desagradable. Entre a la cocina y hay estaba Francia otra vez con ese viejo desgraciado, la mire mal. Si las miradas mataran, ella estaría siendo velada en este momento.
—¿Por que esta el otra vez aquí? —La mire completamente seria y logre que la sonrisa estúpida de su rostro desapareciera en menos de un segundo.
—Ya hablamos de esto Nathalie, el señor Mikaelson te ayudara...—La interrumpí.
—No necesito la puta ayuda de nadie Francia ¿Puedes dejar tus juegos de niña de tres años?
—No son juegos Nathalie, estoy hablando de la forma mas seria contigo. —Me contesto poniéndose demasiado seria. Temí. —Y si no me crees puedes subir a tu cuarto y comprobar que lo que digo es enserio. —Las ultimas palabras las escuche ya desde la escalera. Odio que se ponga a revolver mis cosas, lo odio. Subí y estaba todo vació, todas las paredes vacías, dos maletas sobre mi cama. Corrí a mi closet y no había ninguna prenda, ¿Como me hacia esto? La única persona que creí importante luego de la muerte de mis padres me hacia esto.
—No... —Susurre para mi misma y voltee. Hay estaba ella, mirándome sin una gota de tristeza, la empuje fuerte asiéndola caer al piso, corrí escalera abajo y salí de la casa dando un portazo. No podía creerlo, no podía creer nada de esto.
Recuerdo ese día... Salí de casa molesta, salí de casa prácticamente echando humo por las orejas, desconfiada. Aun que suene raro, yo siempre quise a Francia, siempre, pero, en el momento que ella iso eso, todo se esfumo, todo amor o aprecio que yo sentí por ella alguna vez desapareció por arte de magia... Y es que, a veces, los padres o las personas con las que vivimos nos hacen cosas que nos duelen, lo hacen según ellos por nuestro bien, pero, solo piensan en nuestro bien en forma física y sicologico, pero ¿Y el social? ¿No piensan en el daño social que nos hacen? No saben como me dolía todo, me dolía que había tenido un día de puta madre, pero aun así, todo se iba a ir al carajo, por que, si hay algo que odie hasta el día de mi muerte, era que pensaran por mi, que actuaran por mi. La vida es una obra de teatro sin ensayos, donde cada quien es protagonista de su propia obra, ¿Que quiero decir con eso? quiero decir que, nosotros armamos nuestro destino, nosotros decidimos si subimos la montaña hacia arriba o la bajamos, nosotros decidimos nuestro destino, ¿Coincidencias? No, las coincidencias no existen, tan sencillo como eso, nosotros deseamos algo, y, quizás, bueno, si, se demora bastante en venir, pero viene, por que nosotros armamos nuestro destino, nuestra mente es nuestro destino, y odio que las personas que nos rodean quieran meterse en eso, por que el destino es como un diario de vida que no necesita ser escrito ¿Me entienden?..
