Stigma

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Las gotas frías de lluvia caían del cielo como los llantos de un niño, el sol se ocultaba como la luz de la oscuridad, el día era gris y opaco su sonrisa y vida como los habitantes de alguna ciudad utópica, temerosa de ser descubierta se escondía detrás de las cortinas esperando la llegada de aquel hombre de gran porte,  postura perfecta y rostro serio, de piel tan pálida que  a su corta edad la muchacha oculta pensaba que podría ver atreves de ella, poco de él conocía, solo sabía que era el nuevo criado de su padre y que su edad rondaba por los 15 o 16, de familia pobre, según lo que contaban las cocineras, su señor padre lo rescató de ser llevado a la horca por cargos de robo con arma blanca en mas de un ocasión, los paraderos de sus progenitores eran completamente desconocidos.

Un chico sin familia ni amigos que no fueran sus navajas ahora atendía a un poderoso Burges que no lo ponía más que a Limpiar y recoger, hasta donde se veía en público, en privado  lo trataba como un hijo más, le enseñaba a escribir y leer, cuando completase su educación básica pasaría a ser su mayordomo personal para que leyese las tediosas cartas de los ministros, médicos y científicos que llegaban con grandes avances o propuestas. Poco a poco el Joven aprendía más de su nuevo entorno.

Las calles londinenses  podrían ser un ensueño  como también un infierno si cruzabas por el lugar equivocado, las frías tardes y noches de Abril no eran comparadas con el otoño en Octubre  o con el mismo invierno en donde los niños nacían muertos , había que caminar siempre con los ojos en la espalda si se trataba de un barrio pobre como lo eran gran parte de la ciudad abatida muchas veces por la hambruna y robos diarios, el adolescente se sentía a su manera agradecido con aquel gran señor, pero nunca lamería sus suelas esperando un trozo de pan y vino.

La pequeña niña de 8 años se lanzaba pequeñas risas ansiosa por su aparición quería ver si su expresión cambiaría en cualquier momento, lo conocía no solo por atender las necesidades de su padre si no por su fría expresión que la llenaba de curiosidad. Sintiendo los pasos que se aproximaban por la escalera asomó una pequeña porción de su cara para vigilar que fuera él y no desperdiciar ese ataque sorpresa  con otro criado, con felicidad y malicia vio que si era su victima la que venia subiendo y cuando estuvo a unos cuantos centímetros de su escondite saltó con su decorado antifaz que según su gran imaginación era el más aterrador.

—¡Boo!—exclamó Mikasa parada en frente del criado de su padre, este como de costumbre ni se inmutó y solo levantó una ceja.

—Buen intento señorita, con permiso—Dijo Levi pasando por su cabeza una bandeja con té, caminando a su lado  para luego desaparecer.

La pequeña niña solo se resignó a dar un pequeño quejido, realmente quería cambiar la expresión de ese tipo, un poco molesta se fue a su amplia habitación a tener un consenso con sus juguetes para elaborar un nuevo plan, pero esta vez uno que funcionara. En definitiva iba a despedir a Mary la muñeca de vestido verde.

En la mitad del cuarto  había una pequeña mesita con sus respectivas sillas y en cada una a excepción de 2 estaban vacías una para Mikasa y la otra simplemente se mantenía así, allí pasaba su tiempo, después de sus lecciones de lectura, escritura y arte.

—¡Declaro el inicio de esta sesión del congreso de juguetes!—dijo la niña elevando su voz para asegurarse de que todos los ministros  como el Elefante Donni y el mono Steve la escucharan desde sus estantes, pero antes de que pudiera seguir con aquella importante reunión diplomático alguien tocó  a su puerta.

—Señorita, su padre me ha envidado— aseguró el adolescente desde el otro lado de la puerta, Mikasa le pareció un poco extraño esto, pero decidió que quería preguntarle una cuantas cosas.

—No se preocupe puede pasar—respondió la niña un emocionada porque podría descubrir cosas nuevas sobre la persona que últimamente le causaba tanta curiosidad.— ¿A que le ha llamado mi padre?—preguntó con diversión desde su silla mientras imitaba a las otras damas de alta sociedad tomando el tradicional té.

—Bueno, el dijo que usted me solicitaba—dijo  el chico de cabellos oscuros desde el umbral de la puerta, Mikasa se encontraba ahora confundida pero aprovechó esta oportunidad.

—¡Oh!, si pasé y siéntese con el resto de los ministros—proclamó la pequeña levantándose con elegancia para señalarle con su delgado dedo su lugar, el chico estaba un poco confundido pero sin embargo siguió el juego.

— <<¿Sabe usted que se hace en el ministerio?—volvió ha hablar Mikasa con el porte con el cual estaba enseñada a hablar y expresarse.

—¿Robar a los de escasos recursos ,señorita?—preguntó Levi irónico con mala postura en la sillita de madera.

—¡Siéntate bien!—evadió la pequeña al no entender la pregunta del criado, golpeándole con su abanico traído desde el imperio de Japón. El chico no hizo más que enderezar su espalda y aguantarse las ganas de darle un golpe.

Y la sesión transcurrió durante horas tortuosas de aprender a tomar el té, sentarse y responder de manera correcta, como también clases de postura con libros bastante pesados. Siendo casi ya la hora del té el padre de Mikasa se acercó a la habitación de su pequeña para saber que estaba haciendo, últimamente no pasaba mucho tiempo junto a ella, su trabajo lo mantenía ocupado. Allí estaba el muchacho que había "rescatado" siendo "embellecido" por su única hija mientras esta se mostraba bastante feliz a diferencia de él que no paraba de pujar, y no lo culparía no a todos le gusta que le jalen el cabello de esa manera con rulos  y pinzas.

—Levi— llamó el gran señor desde la puerta con una sonrisa de lado, el adolescente se levantó de inmediato avergonzado por su nueva apariencia.

—L-lo siento señor, s-su hija...—tartamudeaba el chico de mirada triste esperando un regaño.

—¡Mira padre!, lo hermoso que ha quedado—interrumpió la pequeña niña lanzándose sobre los brazos de su progenitor esperando la calificación de su trabajo.

—¡Es maravilloso Mika!, pero no debiste exagerar con el rosa, no le queda—respondió el padre divertido haciendo que el adolescente se relajara un poco, últimamente se estaba sintiendo como un juguete.—Levi, lávate y baja para tus lecciones de lectura—dijo poco después el gran señor esta vez un poco más serio.

Levi salió rápidamente de aquella habitación sintiéndose libre dentro de su jaula,  se apresuró a ir a los lavaderos para asegurarse de quitar todo aquel mugre que le habían aplicado en el rostro, no entendía como las mujeres podían aplicarse tales cosas. El padre de Mikasa ya preparaba las siguientes clases en su gran biblioteca, esta vez no solo le enseñaría a leer si no que también el chico aprendería una segunda lengua, que la necesitaría más adelante para el largo viaje que tendría que emprender con su preciado tesoro, su hija.



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Ok, para que vayan metiéndose en el contexto. Estoy hablando de la época victoriana británica (como la de kuroshitsuji)alrededor del año 1865.

Las historia se irá desarrollando de a poco, sean pacientes. El prox capítulo será publicado el 25 o 1 de Marzo.

Tengo un horario estrecho por el momento. No sé aún cuantos capítulos tendrá, yo creo que algo así como unos 25 o 20.

XOXO








La fotografía (Rivamika AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora