Tragedy

273 40 4
                                    

*Este capítulo va a tener Alemán,  voy a poner la letra en cursivo apra indicar que se esta hablando en ese idioma*

                                                                                                        ***

Ya había un pasado un tiempo desde ese incidente con el hombre travesti que los sacó del país con el argumento de tener ordenes de alto mando para protegerlos su nombre es Erwin y aunque a su parecer su acto pecador se le hizo asqueroso estuvo muy agradecido cuando los rescató de aquella situación recibiendo un dispara por ellos dos, por si solo no hubiera hecho mucho, de hecho no hubiera podido hacer absolutamente nada.  Estaban en un país desconocido llevaban más de un mes sin saber en donde se encontraban, solo sabían que tenían que prepararse para vivir solos en una casa común y corriente con los bienes y servicios para sobrevivir por ellos solos, claro todo bajo una cuartada que parecía no tener ningún fallo.

Mikasa al tocar la almohada con su cabeza no paró de llorar en toda la noche pidiendo por su padre, eso fue lo que le informó una de las mucamas, últimamente se sentía excelentemente bien atendido todo era como un ensueño no entendía como había pasado de las patadas a las que lo trataban cuando desobedecía en el monasterio y a veces a pasar hambre hasta que tuvo la oportunidad de escapar, ahora no faltaba comida abundante y extravagante en la mesa en donde era atendido como un príncipe, pero el no se dejaba engañar del todo sabía que todo esto debía ser parte de un plan.

Su aprendizaje no se habia detenido, de hecho había aumentado, ahora debía de prender técnicas de defensa propia  además de perfeccionar los idiomas que le habían estaba ya aprendiendo en la mansión Ackerman, en especial el Alemán este ultimo siendo enseñado por su nuevo maestro, no se le permitia ver a  Mikasa hasta la hora de su siesta cuando ella ya dormia, sin embargo el a escondias trataba de viguilar que la niña estuviera bien pero cada vez que intentaba escapar era golpeado en la manos por su desobediencia.

Lo unico que sabía es que la pequeña niña estaba teniendo clases de piano y constantemente la escuchaba tocar la sonata de luna llena, el Requiem de Mozart, Nocturne op.9 No2 de Chopin y demás, cada día mejoraba más, tanto ella como el en sus clases adicionales de esgrima y de defensa personal.

—Porfavor permitame verla una vez más, necesito asegu...—trataba de decir Levi cuando tuvo la oportunida de reunirse con  Erwin en su biblioteca, el siempre lo callaba cuando sacaba este tema.

Ya hemos hablado de esto Levi, tendrán mucho tiempo para hablar cuando terminen su entrenamiento—dijo Erwin hablandole en Alemán, como regla tenia que en esa mansión solo se podían hablar en ese idioma.

¿Entonces puedo saber algo de mi amo?—insistió Levi tratando de sacar algo de información ya era desesperante no sabr nada.

Murió, ¿De acuerdo?, ¿Quieres conocer más?—respondió Erwin sin pisca de dolor en su serio rostro sin quitar la vista de su libro—¿Quieres las fotos?* me las dieron antes... de que fuera enterrado.

[Fotografía post mortem:La práctica consistía en vestir el cadáver de un difunto con sus ropas personales y participarlo de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo individualmente. ]

Levi se había quedado sin palabras, no tuvo que preguntar más, Mikasa había sido informada una semana después de haber llegado allí, el adolescente solo hizo su reverencia y se fue de ahí con su cara pálida caminando a sus clases de Alemán sin decir una sola palabra tratando de desaparecer todo sus pensamientos para poder enfocarse en sus nuevos deberes, sentía que cada día que pasaba los estaban aislando más el uno del otro.

***

Tocar el piano era la mejor manera para filtrar sus sentimientos en esos momentos de desespero y depresión, siendo aún tan joven, una infante, que perdía su sonrisa, ya más de una vez había pedido permiso para poder contactar con su compañero de viaje pero se le fue negado porque tendrían "más tiempo" adelante. No tenía con quien jugar, no tenía juguetes, no tenía compañía, no tenia a nada ni nadie con quien conversar el dolor de a poco se iba en el día pero en la noche volvía con aún más fuerza, deseaba olvidarlo todo y comenzar desde cero.

Todos los días la misma rutina, todos los días la misma gente, todos lo días el mismo piano, todos los días igual de monótonos, ¿Cuándo acabaría todo y la dejarían sola?, solo quería salir de aquel lugar y jugar en el prado que  solía ver a través de su ventana en aquella gris habitación, sus ojos ya habían perdido ese brillo que antes la caracterizaban tanto ahora parecía otra persona.

Ugh, esta niña imprudente— se quejaba su maestra de piano que ya comenzaba a enfurecerse con ella.

Lo siento, hoy no me siento bien para...—trató de expresarse la menor  pero fue callada por su maestra que cansada de sus "berrinches" se levantó y se fue argumentado que no quería darle más atención a una niña tan "mal educada".

Mikasa solo se quedó sentada allí viendo la blancas y negras teclas sin ningún sentimiento en especial, perdida en su imaginación hasta ser llevaba donde Erwin quien posiblemente le daría un buen sermón por "provocar" a la maestra. Nada, no recibió nada. Esperó hasta la noche para poder escabullirse por los pasillos, debía verlo, tal vez él la comprendería y la aceptaría, y no la maltrataría.

Su único problemas serían los guardianes de los pasillos, pero no serían nada de lo que ella pudiera ocuparse, la oscuridad y él silencio serian su aliada y nueva mejor amiga, después de todo eran sus únicas compañeras, Madam Luciel pasaba por la sección este de rincón a rincón ese seria el peor de los obstáculos, la ultima vez la golpeó tan fuerte que tuvo que mentir que fue por su propia culpa por haber estado siendo insoportable y desagradecida por su estancia, una vez intentó manifestárselo a Erwin pero los demás empleados de la casa no le permitieron la entrada a la oficina principal por el simple hecho de que ella no era "él aprendiz" y las niñas como ella debía de estar tomando el té y aprendiendo de modales y música, algo que hacía casi todo el tiempo allí.

La escuchaba con sus tacones de punta andar por el suelo de madera tapizado, el sonido hueco salido de uno de esos cuentos de terror para los niños mayores, era ahora o nunca, tenia que aprovechar que estaba volteada para poder esconderse en las cortinas de la ventana diagonal, pero como si ella supiera todo se volteó y con su gran bastón de madera de roble y mango de hierro en momento de reacción, la cabeza de la niña golpeó contra el objeto dejándola caer proporcionando heridas y un ruido molesto en uno de sus oídos mientras de a poco su visión desaparecía al igual que la sombra negra con el fuego en su mano.

La fotografía (Rivamika AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora