Tears

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Levi se había le vantado muy temprano en la mañana no queria ser encontrado en el cuarto de la señorita, si esto sucedia lo hecharían de allí. Solo tenían que obedecer para vivir bien, después de todo ya llevaba toda su vida haciendo lo mismo ¿por qué cambiaría eso?. El día apenas estaba saliendo a floté, los pajaros ya estaban empezando a cantar, las mucamas y aseadoras ya estaban iniciando sus labores y él con siguilo se acercaba a su habiatación para tomar su toalla e implementos de aseo. Jeckins no tardaría en tocar a su puerta.

Cuando se hubo cambiado y preparado para su nuevo día de dolores de cabeza, por que soportar a una niñita detrás tuyo no era tarea fácil. Ya formado con los demás criados y sirvientes ordenados en una perfecta línea el jefe de la servidumbre escrudiñaba cada detalle de sus trajes, postura, mirada y  actitud - las ultimas sus peores enemigas-.

—¿Hoy amaneció con mejor actitud enclenco? —preguntó el hombre larguirucho y huesudo con su característico ceño fruncido, siempre lo trataba de esa manera para ponerlo a prueba. 

—Tsk, si señor—respondió con mala gana el adolescente al escuchar aquel insulto, y de inmediato recibió su castigo mañanero, 50 reglazos en frente de todos y como si fuera poco1h 30 min de confinamiento en el cuarto de metal en el patio de atrás, no podrían darle mucho ya que el gran señor siempre lo llamaba.

Mikasa se levantó de golpe a sentir el frio de la mañana, se supone que ese frio no estaría con ella allí, el criado debería  estar a su lado, pero no lo estaba, con el ceño fruncido caminó por toda la casa en busca de  aquel rompedor de promesas. Las mucamas y sirvientas se sorprendían al verla tan temprano levantada como si nada y se asustaban cuando les preguntaba por aquel criado, la niña estaba confundida no entendía porque nadie le respondía, por lo normal con solo abrir la boca ya hacían lo que ella quería, cansada de preguntar y con sus zapatos y abrigo puesto salió al patio trasero a tomar un poco de aire, era grande y bonito a excepción de ese feo muro gris del fondo que arruinaba siempre su paisaje mañanero.

Siempre se había preguntado que había en la puerta metálica del fondo todos las personas a su servicio siempre la alejaban de allí pero hoy no había nadie a su alrededor que la detuviera, por fin mataría su curiosidad. Con forme se iba acercando algo le dijo en el fondo de su ser que debía alejarse, pero siguió con su osadía hasta que sus delgados y blanquecinos dedo lograron tocar la puerta helada, de inmediato quitó sus dedos de aquella superficie estaba tan fría que los pingüinos podrían vivir ahí pero quería abrirla así que con un trapo que encontró en el suelo, lo enrolló y con todas sus fuerzas abrió la puerta de un solo golpe para luego abrir sus ojos de para en par como dos grandes platos.

—¿Y usted que hace aquí?—preguntó la pequeña niña desde la puerta observando a Levi quien ya comenzaba a presentar síntomas de hipotermia, sus labios ya se habían tornado de color morado y su piel estaba excesivamente más blanca, el adolescente tintineante se levantaba de a poco  pero no lograba llegar hasta ella, él estaba asustado si ella entraba más después no podria salir y se quedaria el resto del tiempo con el en ese congelador, la razón: la puerta solo podía ser abierta desde afuera.

—Sa-salga se-señorita—tartamudeó el adolescente tratando de avanzar con más rapidez, pero fue demasiado tarde, la inocente niña preocupada por su estado soltó la puerta quedando ambos encerrados.

—¡Oh!, estúpida puerta me ha asustado—dijo Mikasa con inocencia diriguiendose a la lamina para abrirla nuevamente, su sangre se heló al arse cuenta de que esta no abría.

—Es i-inútil—interrumpió Levi controlando la tembladera de su cuerpo, levantandose para tratar algo en ese lugar para poder cubrirla.

—¿C-cómo qué es inútil?—se asustó la niña abriendo sus ojos de par en par, esta vez con mayor desesperación golpeando la muerta y jalandola con todas sus fuerzas. Por su parte Levi solo encontró unas cuantas bolsas de papel y una vieja manta que a su parecer olía a mierda de caballo—.¿Quien ha osado en encerrarte en primer lugar?—preguntó Mikasa aún asustada y maravillada por la calma del criado de su padre.

—Jeckins—se limitó a decir el aolescente, no quería decir su nombre tal vez podria ser peor más adelante—.No más charla, por favor señorita cubrase con esto la mantendrá caliente.

Mikasa hizo caso omiso a las recomendaciones de Levi y comezó nuevamente a golpear la puerta con desespero y a pedir ayuda, el adolescente por su parte sabía que siempre que lo castigaban nadie aparecía por aquel lugar como advertencia del jefe de servicio, odiaba a ese viejo hipócrita y verde, era como un perro oliendo el trasero de todos a su interés, al igual que él, un perro obediente.

—M-mi padre lo hará pagar por esto—dijo la niña al borde e las lágrimas, Levi reaccionó y la cubrió con aquella manta sentandola en el hueco de sus piernas abrazandola para tratar de aportarle el poco de calor que le quedaba. A veces le impresionaba  su forma de cuidarla, en cierta manera la sentia como una hermana menor, pero sus actitudes de niña rica malcriada lo enfurecian de vez en cuando.

***

El tiempo ya había pasado, lo sentia en su piel y huesos, Jeckins siempre lo sacaba, ¿por qué ahora no lo hace?, la niña ya estaba empezando a temblar y él sentía que ya no podía soportar más.

L-levi... ¿C-Cuando va a llegar?—preguntó por millonesima vez la pequeña niña recostada en su pecho en busca de un poco de calor en el pecho frio del criado de su padre el quien sus labios temblaban descontroladamente y su color era peligroso.

P-pronto—respondió el con su temblorosas manos cubrió a la pequeña con otra bolsa de papel y reforzó su agarre tratando de fundirla con su pecho y su camison de tela delgada.

Desde afuera se empezaron a escuchar murmullos de las tenderas que a las ocho y media sacaban la ropa para extenderla en las pinzas, Jeckins se había retrasado ya una hora, no sabía que iba a hacer si demoraba más. No recordaba más lo último que vio fue a enfermeras con una expresión de preocupación en sus rostros.





La fotografía (Rivamika AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora