Capítulo IV

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     "Te mereces esto" se oyó salir de la boca de Simon, era el mango de la espada, "llevadla en el cinturón, así no me necesitarás" le habló desde cerca. Ella guardó su nueva posesión en su cinturón, quedando bajo su camiseta.

     -¿Quieres que te diga que te necesito? –fue una indirecta en son de broma.

     -No, porque eso ya lo sé –sonó coqueto, no sé si ese sería su objetivo, pero así resultó.

     -Gracias –él miró sin entender a qué venía eso –me has salvado varias veces, y hasta has aparecido en mis sueños.

     -¿Ves?, soy irresistible para las mujeres –alzó una ceja, ella no sabía si era sarcasmo o hablaba en serio.

     -No en ese sentido, idiota –rió –me hablabas de mi abuelo, mientras lo veía partir mar adentro. Me decías que él no estaba muerto, que él había ido pidiendo ayuda para su nación.

     -Lo sé –ella miró atenta –yo sí estaba ahí. Al día no tenemos momentos de conversación, y tampoco te conocía mucho, era la única opción para hablar sobre eso. Yo conocí a tu abuelo, él sabía que nosotros éramos jóvenes y solo 7 contándolo a él. Sé que el señor Walter se fue a Reino Unido, a Londres, donde se encuentra la mayor cantidad de medio-ángeles, para pedirles refuerzos que nunca llegaron –tomó aire –no sé si habría llegado bien, o al menos llegado. Pero lo único importante que sé es que les mintieron sobre su muerte.

     -¿Él está vivo? –sus ojos se llenaron de agua.

     -En ese momento lo estaba, ahora no lo sé –jugaba con sus dedos, algo nervioso o quizás preocupado.

     -Prometiste que me ayudarías a encontrarlo y que lo encontrarías –habló seriamente.

     -Lo prometo, Sky.

     Ella se quedó en silencio, ahora tenía la posibilidad de encontrar al señor Walter Jones, su querido abuelo, llegaría a su casa directamente a rebuscar entre sus cosas, ahí debería haber algo. ¡Esperen!, ¿cómo Simon logró entrar y manipular su sueño?

     -¿Me respondes algo? –Él asintió -¿cómo pudiste controlar mi sueño o al menos entrar?, ¿un tatuaje?

     -No, no fue un tatuaje, fue un brujo –sonrió al ver la cara de incomprensión de Sky, mientras pasaba su mano por su cabello, ya era como un tic nervioso.

     -¿Ahora me vas a decir que existen brujos que hacen algunos trucos de magia y otras cosas como ilusionismo? –blanqueó los ojos.

    -No, no, no, esos son los magos... los brujos solo trabajan con magia, no hacen trucos estúpidos. Lo siento por la decepción –sonó irónico.

     -Ja, ja, ja –sonó como mezcla entre sarcástica y molesta, de todas maneras Simon acababa de arruinar su teoría de niña –yo ahora me debo ir, ya es demasiado tarde para una "niña" como yo.

     -¿Te voy a dejar? –Sky asintió con recelo –pero deberás hacerte la runa de invisibilidad, para que la gente no te vea volando sentada en una motocicleta inexistente con un chofer fantasma –rió.

     -¿Jesus estará dispuesto? –notó que él lucía ofendido.

     -Yo también sé hacerlos y tú también deberías aprender alguna vez, a ver, pasadme tu brazo –ella miraba extraño, él sacó algo parecido a un lápiz, sin decir nada ella lo apuntó, esperando a que él le explicara qué era eso -oh, esto es un fílix, sirve para hacer las runas.

     -¿Y la tinta? –sonó dudosa.

     -Este no la necesita, es más moderno y mucho más portátil –tomó el brazo de Sky y comenzó a tatuar, al parecer lo conocía de memoria, y era obvio, casi siempre lo usaba.

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