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La fiesta de cumpleaños de Sofía había comenzado, y se encontraba ella ahora jugando con algunos de sus compañeros de clases. En los últimos meses había conseguido ser un poco más social entre sus compañeros y había creado algunas amistades, aunque jamás se haría amiga de las niñas que solían molestarla.

Ruggero había estado en la entrada vigilando a cada uno de los invitados. Carolina estaba junto con Karol hablando con la madre de Agustín sobre el embarazo, lo que a Carolina le incomodaba, pues había establecido que no hablaría del bebé en ese día, aunque no estando Sofía alrededor la dejaba un poco más tranquila.

— Me vas a explicar ahora lo que pasa — le dijo el italiano a su amigo cuando entró por la puerta. Agustín sostenía un gran pastel y se dirigía a la cocina para poder refrigerarlo.

— Ni siquiera se yo lo que pasa, solo sigue cuidando la entrada — Ruggero asintió. Por la preocupación que su amigo demostraba, era mejor seguir vigilando, debían de estar atentos a cualquier situación que pudiera derrumbar la felicidad que habían creado.

Agustín guardó el pastel en el refrigerador se quedó unos segundos en silencio pensando en lo que estaba pasando. ¿Por qué tenía que volver? Se preguntó. Tanto él como Sofía ahora eran felices y esa mujer quería arruinar su felicidad. También pensaba en Carolina y el bebé, de cierta forma, y conociendo a Carolina, la noticia de que la madre de Sofía había regresado estaba seguro que no le caería nada bien.

— ¿Estas bien? — preguntó Carolina. Había ido a la cocina para beber un poco de agua y alejarse un poco de Karol y sus preguntas.

— Si — Agustín suspiró agobiado. Carolina no le creyó pero no quería preguntar el qué sucedía, había días donde ella necesitaba espacio y Agustín siempre se lo daba, ahora era su turno.

— Sabes que puedes decirme lo que sea — lo miró directamente a los ojos, tratando de entender si era algo bueno o malo lo que ocultaba.

— Gracias — él la abrazó. Tomó por sorpresa a Carolina, pero después correspondió. Ahora sabía que no era algo bueno lo que ocultaba. Solo esperaba que fuera lo que fuera no arruinara la fiesta de Sofía, la pequeña no tenía porque sufrir en un día como ese.

(...)

El reloj había avanzado de una forma muy lenta para Agustín. Quería que la fiesta terminara, pero apenas eran las cinco treinta y siete y conociendo a los amigos que había invitado se quedaría por lo menos hasta las diez.

Solía estar ajeno a las conversaciones a su alrededor y no se había separado de Carolina en ningún momento, la sostenía de su cintura y la seguía a todos lados. Quería hacer lo mismo con Sofía, pero la pequeña se encontraba jugando con Tobby y varios de sus compañeros de clases, incluso estaba Eric, pero Agustín estaba tan centrado mirando cada movimiento que la pequeña hacía, no había momento en que sus celos de padre salieran a la luz.

— Papá — Sofía había dejado de jugar y se había acercado hasta su padre.

— ¿Sucede algo? — la miró con cierta nostalgia en sus ojos. No quería perderla. Sin pensarlo la abrazó, se iba a poner a llorar en ese momento, pero no quería llamar mas la atención de lo que ya lo había hecho toda la tarde.

— ¿Puedo soplar ya las velas? Ya sé que deseo pedir — Agustín asintió.

— Iré por él — Sofía le sonrió y ahora fue ella la que lo abrazó. La pequeña también tenía un presentimiento de que algo iba a pasar, pero no estaba segura si sería algo bueno o malo.

Agustín entró en la casa y sacó el pastel que había refrigerado. Al regresar al exterior ya todos se encontraban rodeando a la pequeña Sofía que estaba apoyada en un mesa, repasando mentalmente su deseo. Sólo esperaba que en algún momento se cumpliera. Su padre colocó el gran pastel delante de ella, Carolina fue la encargada de colocar seis velas y encenderlas.

Buscando a Mamá (BAM#1) | Aguslina [ Editando ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora