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Lujosa era la palabra con la cual Carolina definía la fiesta. Desde la entrada todo deslumbraba, Carolina se sentía incómoda en aquel lugar, era un como un pez fuera del agua. Sabía que haber elegido aquel vestido había sido una mala opción, todas las mujeres que estaban ahí deslumbraban con sus elegantes vestidos largos, mientras Carolina había optado por uno mas sencillo y corto.

Sofía se encontraba sujetando la mano de Carolina, mientras Agustín iba solo unos pasos delante de ellas.

- Creí que no vendrías - Ruggero se acercó a Agustín - ¿Quién es esta hermosura? - tomó en sus brazos a Sofía y al levantarla se percató de la chica que venia junto a ella.

Ambos se miraron. Ruggero encontró linda a Carolina y le sonrió, Carolina por su parte le causó un cierta confianza el chico, así que le devolvió el gesto. Por su parte Sofía y Agustín miraban la escena sin decir nada.

- Ella es Carolina, la niñera de Sofía - habló Agustín interrumpiendo las miradas que se daban entre su mejor amigo y la chica. Ruggero desvío la mirada de la chica y miró a Agustín.

- Me lo imaginaba - habló Ruggero. Volvió a mirar a Carolina - Es un gusto - Ruggero tomó la mano de Carolina y la beso, lo que causo un pequeño sonrojo de su parte.

- El gusto es mío.

- Es para papá - le susurró en el oído Sofía a Ruggero. Estaba molesta por el beso que su tío le había dado a Carolina.

Ruggero rió y negó con la cabeza, tanto como Carolina y Agustín se preguntaron que era lo que le había dicho la pequeña para que le causara tal gracia a Ruggero.

- Mejor hay que entrar - dijo Ruggero. Dejó a Sofía nuevamente en el piso y los cuatro entraron en el salón.

Muchas personas los miraban y era algo evidente. Agustín y Ruggero eran los mas jóvenes en aquel lugar, además de que todo el mundo veía mal hecho de que Agustín haya sido padre tan joven. Simplemente eran un blanco el cual todas aquellas personas de sociedad criticaban.

(...)

Unos minutos habían pasado desde que habían llegado a una mesa y tomado asiento. Sofía permanecía acostada sobre la mesa aburrida y jugaba con unos cubiertos, constantemente recibía reclamos de Agustín por dejar de hacerlo.
Ruggero miraba constantemente a Carolina. Disimulaba tomando vino de su copa.
Carolina por su parte se sentía tan incómoda como al principio, pero desviaba aquel nerviosismo tratando de evitar que su cara se pusiera roja por la atención que el italiano le prestaba, aunque de vez en cuando le sonreía.
Agustín estaba de pie hablando con unos ejecutivos y permanecía ajeno al coqueto que había entre Ruggero y Carolina.

La música comenzó a sonar. Agustín terminó su conversación y se sentó al lado de su amigo.

- Deja de mirarla, se siente incómoda - le dijo Agustín en un susurro a Ruggero.

- ¿Incomoda? Pero mira como me sonríe - Ruggero le guiñó el ojo a Carolina, y evidentemente ella le volvió a sonreír antes de volver agachar la cabeza.

- Pues no parece - Agustín se sentía extraño por la forma en que sus miradas estaban conectando. - Deja de coquetear con ella, está Sofía presente.

- ¡No tiene nada de malo!. Espera, ¿le molesta a Sofía o a ti?.

- ¿Qué me va andar molestando a mi? Por mi llevatela, si la conocieras no la soportarías.

- No lo creo. Si me permites, iré a bailar con ella - Ruggero se levantó de su asiento dejando a Agustín con las palabras en la boca.

Carolina aceptó bailar con Ruggero y tomados de la mano se dirigieron hasta la pista, donde algunas parejas ya estaban bailando.

- No sé bailar - admitió Carolina en el momento que Ruggero tomó su cintura con una de sus manos mientras la otra sostenía la mano de ella.

- Solo deja que la música te guíe - le susurró Ruggero muy cerca de su oído.

Ambos comenzaron a dar los primeros pasos mientras la música seguía sonando. A Carolina la situación le causaba nerviosismo, mientras Ruggero reía cada vez que ella lo pisaba.

- Perdón - repetía cada vez.

- A tío Ruggero le gustó Carolina - habló Sofía desde la mesa, mientras junto con Agustín observaban la escena que tenían unos metros de distancia.

- No, solo quiere jugar con ella - habló fastidiado. Agustín en esos momentos ya no era consciente si era él realmente el que hablaba o era aquella extraña voz en su interior que le decía que estaba celoso.

- ¿Estas molesto? - preguntó con inocencia Sofía.

Agustín dejó de un lado aquella escena de su mejor amigo con Carolina y se centro en mirar a Sofía. La pequeña mantenía un poco de esperanza que su papá se haya molestado, lo había visto en las películas y las personas lo llamaban celos.

- Un poco - admitió Agustín.

(...)

N/A: Agradezco a todas las personas que dejaron sus sugerencias en los comentarios, trataré de publicar otro capítulo mas tarde y mañana otros mas.

Mil gracias por todo el apoyo.

Pregunta: ¿Cuántos años tienen? Yo tengo 15

Buscando a Mamá (BAM#1) | Aguslina [ Editando ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora