Raven se acercó a la mansión Woods en taxi, ni que decir que estaba boca abierta, que caserones, así normal que en cuestión de cinco días ya anduviera perdiendo las bragas por la ricachona gruñona. La mansión Woods era una de las más grandes incluso en extensión, en jardines, tenían un puñetero establo y una pista de polo. Aún no se había alojado en ningún hotel, fue directa con el macuto en las espaldas. Cuando llamó al timbre, alucinó pepinillos cuando le abrió un mayordomo vestido de pingüino:
_ ¿Puedo ayudarla en algo señorita?
_ Santo chichi_ dijo dejando el macuto en el suelo y dándole la mano al mayordomo_ que educao el pingüi, soy Raven amiga de la señora Griffin, me envió para que hablara con la señora de este pedazo de choza
Ahora quien alucinaba pepinillos era el mayordomo, que estupefacto dejó pasar a la castaña y le pidió que por favor esperara ahí en el pasillo. Raven cotilleó las fotos, los cuadros, las figuritas de porcelana que debía costar una fortuna:
_ Coño, unaen esta casa se pierde
_ Por eso hay un mapa en cada planta_ Raven se sobresaltó al escuchar a Indra por su espalda_ ¿La amiga de Clarke?
_ Para servirle señora Woods
Hizo un cómico saludo militar, Indra arqueó las cejas, que mujer más enérgica, perfecta para los niños que también lo eran. La mujer se percató en la maleta de la recién llegada, esta al fijarse en la mirada de la mujer:
_ No se preocupe, acabo de llegar a Carolina del Sur y quise venir directamente hablar con usted, luego me buscaré un lugar barato que me puedan rentar
Indra negó con la cabeza:
_ Clarke me ha hablado muy bien de usted señorita Reyes, es como una hermana para ella, eres bienvenida en esta casa_ hizo una señal a una empleada y ordenó a la sirvienta_ Llévese las cosas de la señorita Reyes a la habitación de invitados_ miró a Raven_ vamos le presentaré a los niños, ha llegado en buena hora, están desayunando
Raven forzó una sonrisa Oh si los monstruitos, como bien le dijo en su día, los niños no se le daban bien, al contrario, ni sabía cómo funcionaban y se repelían mutuamente. Al menos agradeció que estuvieran algo crecidos y no hacía falta cambiarle de pañales. Bueno, solo hacía falta esperar a que Clarke regresara de su luna de miel infernal, al menos así se lo había dicho justo antes marcharse.
Clarke sintió que algo le rozaba en la mejilla, entreabrió un poco los ojos, encontrándose con la mirada verdosa de Lexa, esta estaba muy cerca y le acariciaba la mejilla con adoración. La rubia sonrió, ¿a quién no le gusta que le miren así? La morena rompió la poca distancia que había hasta chocar sus labios, Clarke pasó una mano por detrás de su nuca, para intensificar ese beso que ya de tan de mañana la derretía, Lexa hizo de tripas corazón y se separó un poco, ignorando a esos labios que tanto la reclamaban:
_ Juré que te respetaría Clarke, pero no puedo más, mi autocontrol tiene un límite y te quiero mía_ escondió su rostro en el cuello de la ojiazul y se deleitó con su aroma_ déjame sentirte, déjame adorarte Clarke
Terminó siguiendo un camino de besos húmedos y caricias con su lengua juguetona por su cuello, haciendo un llamamiento a todas esas terminaciones nerviosas que había en esa zona, consiguiendo que la piel de Clarke se le pusiera de gallina, gimiendo al sentir como empezaba a palpitar su entrepierna de excitación, la ojiverde se dispuso a bajar los besos por su escote, cuando fue la misma ojiazul quien tenía que hacer de tripas corazón y empujar a la ojiverde:
_ Lexa...
_ ¿Qué Clarke? Tú me deseas y yo te deseo_ la acarició los labios con el dedo gordo_ ¿qué hay de malo?
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Lo que oculta la mascara (Clexa G!P)
أدب الهواةLexa Woods es una empresaria, amargada que se ve obligada a reconocer el cadáver de su hermana gemela, en el hospital descubre que esta se había casado y que su mujer está ingresada. Por ordenes de su madre acaba acogiendo a su cuñada, a la que no c...