C A T O R C E

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Farkle fue mas temprano que los anteriores días para poder hablar con Maya, y para su suerte la encontró. 

Aún no era el turno de Riley, así que no se encontraba ahí. 

—Maya! —Dijo el castaño llamando la atención de la rubia.

—¿Mas cartas me darás? Riley no esta enferma, vendrá.

—No rubia, solamente necesito tu ayuda. ¿Nos sentamos afuera? —Maya asintió.

Fueron a unas mesas que están afuera del lugar, y comenzaron a hablar.

—¿Que necesitas? Farkle.

—Invite a Riley a salir, pero no sé a donde puedo llevarla, no quiero ir al cine porque no podremos hablar y la idea es conocernos. No quiero ir tampoco a un lugar romántico, no quiero que estemos incómodos. A un lugar donde dos amigos vayan y que a ella le guste, ¿que me recomendarías?

—No soy buena planeando citas, pero supongo que podrías ir a un parque de diversiones y luego sentarse a hablar. Claro que si lo haces compra gomitas de ositos.—Farkle frunció el ceño y habló.

—¿Gomitas de ositos? ¿Para qué?

—Ella las ama, y cuando las comas empieza comiéndolas desde la cabeza, ella piensa que así no sufren.—Farkle rió de la ternura que describía Maya. 

—¿En serio? Que ternura es.

—Sí, así como lo escuchas. ¿Que piensas hacer al final?

—Esta genial la idea de ir a un parque de diversiones y luego sentarnos a hablar, muchas gracias.—Respondió el castaño y se lanzó para abrazarla.

—Bueno, de nada.—Respondió aún en sus brazos.—Ya logre entender que me agradeces, por favor ya suéltame.—Volvió a decir y él la soltó con una enorme sonrisa.

—Por favor no le digas que me viste aquí. Tengo que ir a trabajar, mas tarde volveré como los otros días.

—No te preocupes, solamente no la lastimes o te la verás conmigo. —Dijo la rubia y el otro asintió saliendo de ahí. 

Hey, castaña.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora