Capítulo 1

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Capítulo 1

Narradora
Después de que Nagisa Shiota enterrara su cuchillo en el corazón de su amado profesor, finalmente se había graduado, ya todos habían recibido su diploma de parte del director Asano Gakuho.

Narra Nagisa
Después de haberme graduado, les dije a mis padres que se adelantarán, yo quería visitar el salón de la Clase E, ya que no volvería a está escuela.  Este lugar guardaba muy bonitos recuerdos para mí, me sentía muy feliz por eso. 

Me asomé a la ventana a admirar el paisaje por última vez este año.  Cuando sentí la puerta abrirse a mi espalda, me giré a ver de quién se trataba y era mi mejor amigo Karma Akabane.

-Karma, ¿aún no te has ido?, lo mire interrogante.

-Aún no Nagisa, vi a tus padres irse juntos y Kayano me informó que querías venir a visitar este salón por última vez.

-Si, gracias a Koro-Sensei mis padres están juntos de nuevo.  Koro -Sensei fue increíble y mi voz se quebró.

-Si fue increíble es una lástima que ya no este para proteger a sus alumnos, para acomodar familias, para traer a Kayano de la muerte.  Eras su alumno favorito Nagisa, por eso te ayudo a que tus padres se reconciliaran.  Luego de ese comentario, sentía como si Karma estuviera molesto por eso. 

Se acercó a la puerta, poniendo el seguro.  Se volteó mirándome con los brazos cruzados y su espalda pegada a la pared.  Me miró y lo vi relamerse los labios en un gesto desagradable.  Sentí mucho miedo, no entendía porque mi amigo me miraba así. 

-Sabes Nagisa, siempre me gustaste desde que te conocí.  Si me aleje de ti fue porque no soportaba el deseo que me provocabas, pensé que eso había terminado.  Pero verte en esta clase avivó ese deseo, pero Koro -Sensei jamás me hubiera permitido tocar un solo cabello peliceste de tu hermosa cabeza.  Pero ahora Koro-Sensei no está.

-Karma, si es una de tus bromas, no me parece gracioso.  Pase a su lado para dirigirme a la salida, pero en eso me tomo fuerte de las coletas, empujándome sobre el escritorio.  Me golpe la espalda, escupiendo sangre por la boca.

-UNA BROMA NAGISA.  NO LO ES.

-Serás mío por fin, cumpliré mi mayor deseo, mi obsesión.  Prepara ese trasero y esa boca.

-Estaba aterrado, veía que Karma no mentía.  Trate de levantarme para escapar por la ventana, pero Karma corrió a mi lado, poniéndome el pie para que tropezara, me fui de bruces contra el suelo.

-Agarró mis manos torciéndolas, las amarro a mi espalda. Trata de removerme pero Karma era más fuerte que yo. No, auxilio, nadie te escuchará Nagisa estamos completamente solos.

Me arrastraba por el piso como un gusano, tratando de alejarme. Escuche su risa burlona a mi espalda.

Y lo escuche, como se quitaba el cinturón del pantalón, estaba aterrado.

Sentí su mano tomar con fuerza mi cabello y sonreírme. Me hizo hincarme sobre mis rodillas, las lágrimas corrieron por mis mejillas. Bajo el cierre de su pantalón y saco su miembro de la ropa interior.

-Abre esa boca Nagisa, si te atreves a morderme te muelo a golpes. Vamos a chupar, que chupes te digo.

-Abrí la boca, metió su miembro, no estaba muy erecto. Esto era asqueroso, sentía su sabor salado, me provocó horcajadas cuando se adentró en mi garganta. Me tomo del cabello empujándome hacia adelante y hacia atrás, escuche su gruñido. Su masculinidad crecía en mi boca, derramando un líquido transparente y con un sabor agrio.

No quería vomitar, ¿porque Karma me estaba haciendo esto?.

Continuó moviendo sus caderas con fuerza, raspando mi cavidad bucal. Aprendes rápido Nagisa, ahora hazme correr. No quería, que derramará su semilla en mi boca, no quería tragar su semen.

-Si, ya casi Nagisa, sabía que tendrías una boca prodigiosa. Se retiró antes de correrse, golpeando mi mandíbula obligándome a abrir mi boca, tiro su semen en mis labios y mi lengua para obligarme a tragarlo. Empecé a toser, Alize mi rostro y solo veía esos ojos color cobres, mirarme yo era su presa y el un león hambriento.

-Volvió a tomarme del cabello, levantándome del suelo y me empujó contra el escritorio de Koro Sensei, golpeándome el abdomen con la esquina de la mesa. Sentí sus manos en mi pantalón, quitándome el cinturón, para deslizarlo por mis piernas junto con la ropa interior.

-No, me removía, pero era inútil. Su lengua se deslizó por mi espalda quemándome, mordió fuertemente mis glúteos, sacándome lágrimas y sollozos. Sentí que agarraba mis nalgas con fuerza abriéndolas, su lengua se deslizó sobre mi entrada.

-Amargo pero delicioso, siguió lamiéndome, dirigió su mano a mi miembro, estas mojado té está gustando esto.

-Eso no es verdad, le grite. Por favor, Karma suéltame, no le diré a nadie lo qué pasó.

-Frotaba mi miembro, con fuerza, no quería sentir esas sensaciones placenteras en mi cuerpo. ¿Como mi cuerpo puede reaccionar a esto tan sucio?

-Dejó de tocarme, agarro mi cadera con fuerza con su dos manos. La punta de su miembro estaba en mi entrada, se enterró dentro de mi de una estocada.

-Grite por el dolor, los sollozos, las lágrimas salían de mi boca.  Karma se movía con fuerza en mi interior partiéndome en dos, mis piernas temblaban, dolía, ardía.  Ya no más Karma, por favor me duele, me duele mi entrada.

-Silencio Nagisa, haces que pierda la concentración con tus palabras, su miembro salió de mi entrada.  Sabía que eras virgen.  Me giro sobre la mesa, me dolían las muñecas. 

-No más tortura, tomo mis piernas las coloco en sus hombros y volvio a penetrarme, la sangre corría, golpeó un punto dentro de mi que me ocasionó que mi cuerpo temblara, pero el dolor era tanto, que no sentía satisfacción alguna.

Escuche su gemido inundar el salón, su semen caliente se derramó dentro mío, haciendo que me ardiera más mi entrada.  Fue doloroso cuando salió de mi, limpio su miembro con un pañuelo y lo tiró sobre mi. 

Estaba roto, Karma Akabane, mi ex mejor amigo me acaba de romper.

Me gustaste mucho Nagisa, prepara el trasero el próximo viernes, que iré a tu casa a visitarte y si no estás o le cuentas de esto a alguien no creo que quieras saber que puede suceder o si.

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Dios que sadica soy.
Siempre ponen a mi Shu Kun de malo y violador.
Se me ocurrió poner a Karma.

Perdida de confianzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora