Pesadilla.

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N/A: No lo puedo creer más que ustedes, pero estoy acá antes del mes!! Para futuro: MIA significa "Perdido En Ataque". Por favor no me maten por lo que están por leer. GET WRECK! (/ºuº)/

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Despertarse renovado no era algo que aconteciera en la vida de Harry de manera regular, por eso, cuando se despertó con lentitud antinatural en él, y todavía abrazando el cuerpo de Draco a su lado, empezó a dudar de que este vaya a ser un gran día. Su rutina era así: o empieza de maravilla y termina mal o empieza mal y termina peor; Harry era lo suficientemente maduro como para haber aceptado y hecho las paces con esa parte de su vida hace mucho tiempo atrás.

Se separó con dificultad de Draco, después de todo, el chico tenía una manía con aferrarse a aquello que durmiera o reposara a su lado, y se fue a pegar una ducha rápida. Al ser el primero tenía toda el agua caliente, cosa que Harry agradecía puesto que estaban en pleno febrero y la nieve afuera del castillo lograba llegar a la rodilla y filtrarse por las paredes de las mazmorras. A pesar de todo el frío antes mencionado, Harry notó mientras se deshacía de su pijama y entraba a la ducha que una parte de su cuerpo se había rebelado a la cercanía de Draco en su cama; gruñó disconforme, no tenía tiempo para masturbarse, adolescente o no, tenía otras preocupaciones. Decidió que la mejor solución era pensar en cosas que lo desestabilizaran en ese sentido; su primera opción funcionó: Lockhart.

Su profesor de DCAO había tenido la maldita idea de festejar estrepitosamente San Valentín con su fea túnica verde lima hace una semana. Había instalado chillones flores rosas por todos lados, hecho que llovieran corazones en el Gran Comedor, haciendo de variados y deliciosos platos un lío de papeles, y obligado a gruñones duendes a disfrazarse de Cupido, enviando cartas, poemas y mensajes a quienes los alumnos pidieran por el resto del día.

Harry se cambió y fue al Gran Comedor pensando que podría haber ignorado todo eso, de no ser por el mensaje de Ginny en las escalares; Harry había pensado que la chica superaría su crush en El-Niño-que-Vivió ahora que ni siquiera le daba la hora, sin embargo, el poema llegó en poco tiempo junto con el malhumorado duende alado que lo aportaba; Harry no lo podría olvidar ni en sus sueños:

"Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche

y el pelo negro como una pizarra cuando anochece.

Quisiera que fuera mío, porque es glorioso,

el héroe que venció al Señor Tenebroso."

Ugh, Merlín qué turbio. Harry suprimió un gruñido y mordió su tostada recordando los días que le siguieron a ese poema. Todo Slytherin había escuchado y los de último año solían acompañar a Fred y George cantándole el poema en la cara hasta que, en un ataque de magia accidental, Harry rompió una lámpara araña, estallando vidrios por todo el corredor y gritando una especie de "¿¡SE QUIEREN CALLAR?!" menos censurado. Cabe decir que ya no lo molestan tanto.

No es como si Harry reaccionara mal a las bromas todo el tiempo, pero esa semana McGonagall había encontrado a Justin Flynn-Fletcher y Nick casi Decapitado petrificados en uno de los pasillos. Harry sabía que no podía salvar a todo el mundo, lo había tenido que aceptar cuando compañeros suyos eran reportados MIA y con todas las muertes de la guerra, pero eso no quitaba el gusto amargo en el fondo de su garganta, las pesadillas a media noche y un nudo en el estómago del tamaño de su puño.

Dejó su desayuno de lado. ¡Bien, Harry; te has deprimido a ti mismo!

Debía de pensar en algo, el año no duraría para siempre; apoyó su cabeza contra la mesa. Tenía deberes, las próximas vacaciones se acercaban, ¡no tenía tiempo para lidiar una pelea con el Basilisco!

Decidió que tendría tiempo para pensar un rato en la Torre de Astronomía antes de clases, una de las pocas cosas buenas que se le daban a cambio de levantarse temprano; estaba a medio pasillo desierto cuando ocurrió: una voz fría y sibilina susurrándole al oído.

Es hora...matar...desgarrar...VEN CONMIGO.

Harry pegó media vuelta y todo ocurrió en un milisegundo. Ojos amarillos; su cuerpo se paralizó, su visión se volvió acanalada hasta que, por fin, perdió la consciencia.

-.-.-.-.-

Draco sabía que dormía de formas muy raras. Por esto, cuando se despertó con una almohada en una decente llave de lucha libre entre sus piernas y con su cara enterrada en otra, no le pareció fuera de lo normal. También sabía que, aunque Draco estuviera fuertemente en contra, Harry se levantaba muy temprano; así que no se preocupó mucho cuando no lo vio a su lado, de hecho, tenía la primera hora libre, planeaba ir a darse una ducha rápida y agarrar a Pansy o Blaise para ir al Gran Comedor cuando lo interceptaron a la salida de su habitación. Ambos eran un desastre, Draco en seguida supo que algo andaba mal.

-¿Qué ocurrió, dónde está Harry?- Siempre que algo malo pasaba ellos venían con él. Sintió su rostro endurecerse –Dónde. Está. Harry.

A Pansy le comenzó a temblar el labio, llevaba la pollera gris de Hogwarts, pero no había llegado a ponerse la camisa y sus cabellos no estaban pulcramente peinados como siempre; parecía querer decir algo, pero cada vez que abría la boca, algo la frenaba de emitir sonido. Blaise no estaba mucho mejor; tenía puesta su remera de las Holyhead Harpies que usaba para dormir, los jeans muggles que había usado el día anterior y no llevaba zapatos, como si hubiera salido en un apuro y no tuviera tiempo de pensar qué ponerse; su cara estaba casi laxa, indicándole a Draco que todavía no salía de estar en shock, pero hacia lo que podía para verse más compuesto.

Nadie dijo nada. Draco abrió la boca, su mente en blanco cuando le escuchó.

-En la enfermería- Era una voz suave; ¿¡qué rayos hacía Neville Longbottom en pijamas de snitch's dentro de la Sala Común de Slytherin?! Más importante: ¡¿QUÉ DIABLOS HACIA POTTER EN LA ENFERMERÍA A LAS SIETE Y CUARENTA DE LA MAÑANA!?

-¿Qué?- Fue lo que su cerebro procesó. Blaise tomó aire.

-Encontraron a Harry en uno de los pasillos hace media hora- Okay... -Encontraron a Harry en uno de los pasillos hace media hora; petrificado.

Draco tardó un segundo en darse cuenta de lo que pasaba. Sus piernas comenzaron a correr a la enfermería sin darse cuenta, sin importar a quienes empujaba a su paso o que todavía estaba en pijama y pantuflas; no sentía nada, ni siquiera registró haber entrado a la enfermería o ver a Madame Pomfrey, su mente en una sola cosa: Harry.

Había una sola camilla con las cortinas casi cerradas, Theo estaba junto a los gemelos Weasley y una Hermione muy preocupada; incluso, Draco tenía que admitir, los divertidos Fred y George estaban serios y taciturnos. Draco corrió a la camilla y retiró la cortina, ahogando un jadeó. Era casi injusto, la expresión petrificada en el rostro de Harry ni siquiera era temerosa del oh-gran-monstruo; parecía irritado, como si el enano Creevey le hubiera interrumpido en media oración, no como si hubiera interceptado una criatura tenebrosa. Si no fuera porque, obviamente, todo en él se encontraba increíblemente rígido, Draco creería que Harry se levantaría con un "Ay, Merlín que se tardan mucho, llegamos tarde a Herbología" y se acabó la broma. Luego notó otra cosa.

-¿Dónde están sus anteojos?

-¡Gran observador, señor Malfoy! Se encontraban hechos trizas, así que Poppy los reparó y fue tan amable como para ir a guardarlos en un lugar seguro hasta que el señor Potter despierte. Como ya sabrás, a las mandrágoras no les falta mucho para madurar y sernos de ayuda en esta...peliaguda situación.

Draco no se había dado cuenta de la presencia de Dumbledore en la enfermería, pero no le dio el placer de reaccionar; Harry era el segundo estudiante en ser atacado, Draco no estaba de humor para su payaso de director.

Pansy, Blaise y Neville llegaron en algún momento entremedio y, aunque Draco tenía ganas de llorar y tirar todo a la mierda, se obligó a componerse, encarando a sus compañeros.

-Síganme- Le apenaba dejar a Harry detrás suyo junto al Director, pero no dijo más, yéndose con la cabeza en alto a un lugar más privado; Draco no miró a ver si lo seguían, por más de que lo dijera constantemente, no eran idiotas, sabían que valoraba la vida de Harry en niveles algo cuestionables. Cuando pensó que era el lugar ideal, los miró uno a uno; al saberse satisfecho, dijo: -Vamos a acabar con esto.

Reviviendo una vida: Cámara Secreta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora