Capitulo 30

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Ana estaba en un gran aprieto tratando de escapar de su jefe quien la tenía acorralada contra una pared tratando de quitarle la ropa mientras la besaba.

 Sus gritos no se oían en ningún lugar debido a que era un lugar muy cerrado y en un momento de descuido del viejo, ella logró escapar de allí llorando. Su vida había pasado de valer un poco a nada, se sentía horriblemente sucia sin valor ni deseos de seguir sufriendo.

Al salir se tropezó con una pareja y sin pedir disculpas siguió corriendo. Alan trató de detener a la chica puesto que él era que venía con la porrista cuando Ana tropezó

Querida Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora