Capitulo 44

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Él sacó del auto un pequeño regalo y entró con ella, ayudándola con el equipaje que había crecido en el camino.

La casa de Ana era pequeña pero estaba acomodada, ella había creado un habito de limpieza un mes después que él empezara a llamarla diariamente. 

Ana le mostró cada parte de la pequeña casa y al llegar al cuarto de su padre solo suspiró fuertemente y pensó para abrirla

-Si no quieres está bien- dijo él sosteniendo su mano, provocando una fuerte corriente que recorría sus cuerpos y que un sonrojo apareciera en sus mejillas

Querida Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora