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Aunque la cola de la sirena que duerme en la fuente sea de color azul, el azul no es mi color.

Ella es de fantasía; aquella nereida desgraciada se ha colado en mi territorio, y llegó para no irse.
El agua azulete es mía, ¡pero solo el agua! el color no lo quiero.

Odio el valor del azul.
Recuerdo que de pequeña, en uno de mis sueños, trató de ahorcarme, ¿y sabes por qué? ¡Quería que fuera parte de 'él'!
Gracias a la vida que conmigo no lo logró, y desafortunados y pobres los que dejaron se dejaron vencer.

El azul es de lunáticos, y no precisamente hago referencia a los amantes de la luna.
El azul representa la fantasía junto con la esperanza, y por eso soy su enemiga.

Hace luces que el ensueño huyó de mi lado ¡y que bien que se fue, que no vuelva nunca!
Logré ver la realidad con sus imperfecciones, y me enamoré de las vidas únicas e igualmente sorprendentes y melancólicas que ofrece, mucho mejor te puedo decir, que tu cuento favorito.

Ni hablar de la esperanza, no puedo contar las veces que jugó sucio conmigo... Pero a ella si la quiero, porque hasta en los momentos más difíciles no dejó de ser tramposa, básicamente es la única amiga fiel que conozco; y vaya que me llevó lejos con sus enredos, sin esperanza no estaría aquí.

El azul es de locos, y no lo acepto, quiero ser leal a la poca cordura que me queda.



Tu vida, mi universo, la existencia, nuestros sueños y un jardin #ConcursoUTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora