VII

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Cuando abrió sus ojos la sensación de entumecimiento era horrible. Su garganta estaba seca y por más que trató de mover sus extremidades no lo logró. Trató de concentrarse, pero u cabeza dolía horriblemente y se sentía mareado.

Con gran esfuerzo giró su cabeza a la izquierda y…

“¡Mierda!” Gritó con voz rasposa, su corazón latiendo a mil por hora. Quiso llorar, quiso gritar, despertar de esa pesadilla. Pero era tan real, tan jodidamente real.

A su lado, en aquel mínimo espacio, el cuerpo de KyuHyun estaba depositado de costado, topándolo completamente. Sus ojos desorbitados, su piel pálida, y ese asqueroso olor a alcohol inundándolo.

HyukJae comenzó a llorar. Sentía como si su corazón hubiese sido cruelmente extraído de su pecho y solo quedara un doloroso hueco. ¿Qué mierda estaba pasando?

“Ya despertaste” Escuchó una voz, esa voz.

“¿Dong…DongHae?” Intentó mover su cabeza, pero solo veía el techo de la habitación al estar recostado. En la periferia de su visión, notó unas columnas de mármol no muy altas, lo que daba la apariencia de estar dentro de una tina de baño. “¿Qué está pasando? 
¿Dónde estas?” Gritó al no ver al castaño por ningún lado.

“Aquí, querido” El rostro de DongHae apareció en una esquina. Sus ojos desorbitados, locos. Y HyukJae…HyukJae supo en ese momento que no era una pesadilla. “¿No te gusta la compañía? KyuHyun-sshi estaba solito, tuve que deshacerme de SungMin, la lejía evita la descomposición pero no a los detectives ¿No?” Preguntó sonriendo.

“DongHae…por favor, dime que es una broma” Suplico el mayor, escuchando la risa estridente del menor resonar en aquel lugar.

“No” Respondió el chico, acercándose al muchacho. HyukJae tembló cuando sintió los brazos del joven alzarlo, sentándolo en la tina.

Y hubiese preferido no hacerlo.

El pelirrojo dio una rápida mirada al lugar y a donde se encontraba. Una tina llena de hielo y ese liquido que olía a cloro. Lejía, había dicho el menor. Y el hielo era lo que lo mantenía entumecido. El cuerpo de KyuHyun se encontraba de lado, muerto y…

Tumb tumb , tumb tumb, tumb tumb…

Por Dios, su estomago se revolvió y estuvo a punto de vomitar.

Sintió el sonido de un castañeo constante, tomando conciencia que eran sus propios dientes, que se movían frenéticamente como reflejo del pavor. Quiso gritar, pero de sus labios no salió ni un sonido.

Por la mierda, no podía ser. No, no ¡No!

“Gracias por encontrar el anillo de SungMin” Escuchó que DongHae decía, pero no fue capaz de mirarlo “Mi padre se pondría furioso de saber que he dejado una prueba de los asesinatos mientras él se esfuerza en demorar las investigaciones y tapar mis…crímenes” Habló tranquilamente el castaño. HyukJae cerró sus ojos, temblando. Repitiéndose mentalmente que quería salir de ahí, que quería despertar de esa pesadilla, que alguien fuera a salvarlo.

“Supongo que ya escuchaste hablar de mi padre. Lee TaeSeok. El verdadero, no esa carnada que usaron para que la policía lo arrestara…”

“Dong…DongHae…por favor…” Rogó el mayor, sus labios apenas moviéndose por el frio que sentía.

Por favor déjame ir. No me mates. Me arrepiento de todo, pero por favor…no me hagas nada…

“Bah, no exageres. Aún no termino de darte las gracias” Exclamó el chico, haciendo un gesto desinteresado con la mano “KyuHyun me agradaba ¿Sabes? Él me descubrió, pero erró al no decirle a nadie y venir solo a encararme” Dijo cambiando de tema y yendo hacia un costado de la habitación donde tenia un mesón y una especie de mini pagoda sobre el. “Pero ahora va a estar junto a SungMin ¿No soy bueno?” Sonrió de forma ‘angelical’. Cosa que hizo que HyukJae sintiera aun más miedo.

Fear Garden (EunHae) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora