- ¡Álex! - corrí y me lancé en sus brazos. Él me atrapó y me abrazó soltando a la chica junto a él. - Me alegra que vinieras.
- Tenía que venir. - rió. Miró a la chica y volvió a tomar su mano. - Madeline, ella es Abigail, mi novia.
- Hola, - sonrió. - Puedes decirme Abbie.
- Muchos gusto. - le ofrecí mi mano y ella la estrechó. - Yo soy Madeline. Mi esposo me llama Madi.
Reímos. Álex le rodeó la cadera con el brazo y le planto un beso en la mejilla.
- Iré a saludar al novio. - dijo Abbie y caminó en dirección a Max dejándonos a Álex y a mi solos.
- Te ves espectacular. - dijo Álex sonriendo.
- Muchas gracias. - contesté. - Así que ¿Tu novia? - le di un codazo en las costillas con delicadeza y él se echó a reír.
- Sí. - me miró. - Es fabulosa.
- Cumplí mi promesa. - le dije y él bajó la mirada.
- Lo hiciste. - sonrió para sí. - Gracias.
Nos volvimos a dar un abrazo y reímos dándonos palmadas en la espalda.
- Por cierto. - dijo Álex separándose de mí. - Alguien está ahí afuera. Será mejor que la invites a pasar o se morirá de frío.
Me quedé un momento mirándolo. Después me dió unas palmadas en el hombro y se fue a saludar a Max.
Caminé hasta la puerta del salón y salí. Miré alrededor buscando a alguien, a quien sea que estuviera afuera. Pero no vi a nadie.
- Hola Madeline. - di un brinco y me giré hacia la derecha.
Maia estaba recargada en la pared junto a la puerta con los brazos cruzados. Llevaba un vestido negro de lo más simple, era corto y llevaba un lazo rosa amarrado alrededor del abdomen.
Me miraba con felicidad y algo de tristeza y arrepentimiento.
- ¿Maia? - abrí los ojos par ver mejor en la oscuridad. - ¡Viniste! - me lanzé en sus brazos. La abracé con todas mis fuerzas, aunque ella no respondió al gesto. - En serio te extrañe. - decía la verdad. La había perdonado y la extrañaba, aunque me había echo daño sabía que ella estaba arrepentida y que todo estaba en el pasado.
- También te extrañé. - me abrazó por fin. - Te ves hermosa.
- Gracias. - me separé de ella y la miré. Sus ojos seguían siendo azules pero ahora se veían más oscuros, su cabello era rizado pero estaba más largo y esponjoso. Se lo toqué y ella sonrió. - Tu también te ves hermosa.
No dijo nada, solo bajó la cabeza.
- Toma. - me dió una pequeña caja roja. - Ábrela. - obedecí.
Abrí la caja y vi una pulsera plateada con un dije en forma de media luna con una pequeña estrella en el centro.
Me quedé impresionada, era muy bonita.
- Lamento no haberte traído algo mejor. - se disculpó.
- No, no. - dije al instante. - Es perfecto. Gracias. - ella sonrió y volvió a bajar la cabeza.
- Tu y Max se ven muy bien juntos. - soltó. - Estoy feliz por ustedes. - sonrió débilmente. Parecía como si fuera a echarse a llorar en cualquier momento.
- ¿Por qué no pasas? - le ofrecí. Pero ella negó con la cabeza.
- No puedo. Mi vuelo sale en media hora. - explicó. - Tengo que irme.
- Oh, entiendo. - le sonreí. - Muchísimas gracias por haber venido hasta aquí.
Me acerqué y le di un abrazo. Ella hundió su rostro en mi hombro y me abrazó de vuelta.
- Gracias por haberme invitado. - Se separó de mi y caminó hacia la calle, se detuvo y giró para verme. - Te deseo toda la felicidad del mundo.
Me despedí de ella con la mano y después la vi subirse en un taxi.
Me quedé afuera un momento disfrutando de un poco de aire fresco en mis mejillas.
- Madi. - Era Max. Venía sonriendo y estaba rojo de las mejillas.
- ¿Calor? - le pregunté dándole un beso en la frente.
- Algo. - contestó. - ¿Es por eso que saliste?
- Mmm la verdad no. - sonreí. - Vi a una vieja amiga.
- ¿Ella te dió eso? - señaló la pulsera y yo asentí. - Genial. Ven. Vamos a bailar un poco. - me tomó de la mano. Sentí su calor contra mi piel fría, era una sensación bastante agradable.
- Max. - me miró dándome una sonrisa y yo me puse de puntitas para poder darle un beso. Se sorprendió pero después tomó mi rostro entre sus manos. - Te amo. - le dije.
- Yo más.
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Entre la amistad y el amor
Teen FictionLa vida de Adeline es la de una chica normal, tiene buenas calificaciones y muchos amigos, pero tiene un secreto y la única persona que lo sabe es su mejor amigo, Max, aunque ni él ni ella saben la verdad. Pero su amistad se ve afectada cuando ella...