¿¡ESO ES MI MATE !?

"verdes o ¿Celestes?"

#Advertencia hay algunas faltas de ortografía#

-¡Arriba Lea!-. Grita mamá, por cuarta...¿quinta vez?. No sé en realidad, pero si fueron muchas.

-Mmm-. A pesar de sus palabras, me acomode mejor en la cama, sin la menor intención de levantarme.

- ¡LEA!, ¡ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE DIGO SEÑORITA!-. Ese grito me saco de la nube de sueño en el que me encontraba - Y MÁS TE VALE QUE CUANDO VAYA ESTÉS LEVANTADA, ¡PORQUE O SINO ME VAS A CONOCER!-. Dijo desde el otro lado de la puerta.

Al escuchar eso, como un rayo me levante de la cama y corrí al baño, aveces mamá daba miedo y sinceramente no quería llegar a clases con un coscorron en la cabeza.

Definitivamente no...

Mire la hora en mi teléfono y me di cuenta que por mi pereza solo tenía 20 minutos para bañarme, vestirme y desayunar, si se podía. Es todo un reto, pero no imposible.

20 Minutos después.

-Dios, Dios, ya no tengo tiempo- murmure, mientras ataba cómo loca los cordones de mi vans, una vez
hecho eso, corro al baño y me lavo los dientes, salgo y agarró mi mochila dispuesta a salir de mi habitación, pero tal acción desaparece cuando veo mi reflejo en el espejo del ropero.

-Dios...-dije horrorizada mirando mi rostro rojo por el sueño -¡shh!. Sí ,no llegue a bañarme- mi cabello hecho escoba vieja y mi vestimenta de mendigo.- así sí que daré una buena primera impresión-. dije sarcástica para nadie en específico, mire mi ropa y vaya que iba mal, ese buzo enorme de Máx me quedaba como un vestido y me hacía ver más gordita, los vaqueros no estaban mal, ni los zapatos, pero mi rostro...daba miedo.

Busque con los ojos alguna caja olvidada que pudiera servir para colocarme en la cabeza, creo que así estaría más presentable que como estoy ahora.

sin hallar la caja salvadora suelto un suspiro y trato de ordenar un poco mi cabello, para posiblemente llegar a aceptable. con un poco de esfuerzo lo logro, aunque aún se lo nota desordenado, pero ya no puedo hacer nada, es ir como una auténtica mendiga o llegar muy tarde y ser el centro de atención.

O bueno más de lo que seguro voy a ser, porque estoy segura que más de uno va a pensar que me confundí de albergue o que voy a robar el almuerzo de los niños.

Sin martillarme más la cabeza con esto, salgo de la pieza, porque si sigo viéndome en el espejo me voy a deprimir, desistiendo completamente en dar la cara de esta forma y por lo extraño que parezca hay algo que me impulsa a ir como a de lugar.

Bajo las escalera como una auténtica suicida, no bajando las escaleras ¡más bien saltando!, haciendo quejar las escaleras por mi peso y el movimiento brusco que estoy haciendo.

-¡MAMÁ, YA ME VOY!-. Grité corriendo en la cocina dispuesta a darle un beso como despedida.

-Hija ya te...¿dios vas a ir así?-. Preguntó, mientras me miraba de pies a cabeza, antes de que pudiera contestarle entró mi Papá mirándome de la misma forma.