Capítulo 7: Empecemos.

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-Entonces ¿Qué haremos ahora?

-Bueno, pues para empezar, enseñarte a controlar tu forma de peregrino por encima de tu forma humana, apenas y pude sacarte las alas y ya se están metiendo en tu escapula de regreso.

-¿y cómo hacemos eso?

-Sencillo, con "la amorosa fuerza bruta".

-Mmmmm Manu. No pensaras agarrarme y alar cual desgraciado estas cosas de mi espalda ¿o sí?

-Mmm bueenooo...

-Manu no te vayas a...

*crack* suena mi espalda, rompiéndose casi en dos, con la fuerza que el maldito que mide el doble que yo, ejerce sobre la misma, obligando literalmente a mis alas negras de peregrino a mantenerse por fuera de mi espalda.

-AAAARGG ERES UN...

-See, luego me lo iras agradeciendo jaja.

-Y encima se ríe el desgraciado... deja que aprenda a controlar todo eso que dices que puedo hacer y te voy a enseñar quien va a reírse de quien.

-Pues sencillo, mi amigo, ese seré yo. Igual que pienso hacerlo, por todas y cada una de las veces que te has burlado de mí, tras hacerme tus bromas pesadas desde que eramos unos niños.

-Vengativo tenía que ser... Con amigos así...

-Jaja, lo dice quien ni empezando el entrenamiento, ya me quiere romper la cara.

-Bueno. Tú ya rompiste mi espalda ¿Qué otra cosa quieres que tenga en la cabeza?

-Pues no más que eso la verdad. Ahora que lo pienso, me doy cuenta que esta sesión como que va a seguir, hasta que aprendas a controlar tus formas entre peregrino y humano.

-¿Por qué lo dices?

-A ver, trata de esconder tus alas.

-Mmm espera... AAAAAGH... AAAAAAAAAAAAAAHHH... eeeh ¿Cómo se hace eso?

-Siii... ya lo veía venir... y pues, en realidad, es algo bastante sencillo, tus alas, al igual que el resto de tu cuerpo, tienen su propia anatomía. Cual cola en un perro, cual antenas en un insecto, tus alas tienen su propia inervación aparte del resto de tu cuerpo.

-Si si, sigue usando términos de anatomía, para que quien te pueda escuchar crea que sabes sobre eso.

-Mmmm bueno, algo de amague para verme un poco más listo ante los demás no hace daño.

-Entonces si me concentro podría...

Y así casi de manera "normal" empiezo a poder tener control sobre el movimiento de mis alas.

-VAMOOOS, si ya lo estas dominando. Vale ahora trata de esconderlas. Solo tienes que hacer como que las encoges, en plan como encoger los hombros.

*FUFSH* sentí mis alas meterse dentro de mi espalda, se sentía algo extraño... okay que siempre estuvieron ahí, pero ahora las sentía del todo ahí, dentro de mí, como si me limitaran e movimiento y la fuerza.

-¿Es normal sentirme algo débil? Comparado a como me sentía antes de meterlas.

-Claro, tener esas cosas dentro del cuerpo te limitan hasta la respiración, es muy común desarrollar incluso hasta Asma por tenerlas dentro del cuerpo demasiado tiempo, eso fue lo que le paso a tu prima.

-Uh... eso explica unas cuantas cosas...

-Pues bien, ahora que ya te he enseñado como sacarlas y meterlas en tu espalda, aprendamos a volar.

Este es uno de esos momentos... en que dejas de tener esa emoción tan grande, y en un SAS, se convierten en nervios, mezclados con un miedo, que ni tu mismo te puedes explicar.

La vida de un peregrino rebelde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora