One More Night (One Direction) Una noche más

Capítulo 7.

Addy despierta con sus dedos enredados en su pelo. Restriega sus ojos y forzosamente intenta ubicarse y pensar. Mira la hora en su móvil. Son las 11:30 am. Mira hacia el ventanal, y lo tiene más cerca de lo habitual. Está durmiendo en el lado izquierdo de la cama. Muy raro, pues ella siempre duerme en el lado derecho. De pronto se incorpora mirando hacia el otro lado de la cama, dando un respingo. Las sábanas blancas están revueltas a su lado, y no hay nadie. Pequeños recuerdos e imágenes se le vienen a la mente de golpe, y eso la hace llevarse una mano a la cabeza, pues le pesa y oye como unos zumbidos que le pinchan y la hacen volver a tumbarse.

De repente suena su móvil (Love is Wicked - Brick & Lace), y gruñe buscándolo a ciegas con la mano.

—¿Addy? –suena la voz mañanera de un Ryan con la voz tomada.

—Seeeeh.

—¿Dónde estás?

—¿Dónde quieres que esté? ¡Pues en mi habitación!

—¿En serio? ¿Y cómo es que no me dijiste nada anoche?

''Anoche'', piensa Addy detenidamente.

—Adds.

—Joder, pues, yo que sé, ¿no te avisé?

—Pues no, y estuve preguntando por ti en toda la maldita fiesta a todo bicho viviente y borracho y nadie sabía nada...

—¿Y se puede saber por qué iba a tener que decirte algo?

—Hombre, ¡íbamos juntos!

—Va, pues que fuéramos juntos no significa que tuviéramos que volver juntos –gruñó Addy.

—Me tenías preocupado, ni siquiera pude acabar bien con mi pesca...

—¿La rubia anoréxica?

—¿Cómo lo sabes?

—T-te vi con ella y te saludé, imbécil.

—No recuerdo eso.

—Ah, pues entonces.

—¿Y con quién te fuiste? –preguntó un Ryan inquieto al otro lado del teléfono.

—Pues me fui con...

En ese instante Addy recordó todo, desde principio a fin, exactamente lo que ocurrió anoche. Pequeños detalles se le escapaban, pero recordó su traspié con Harry, y su final de la noche con aquel interesante chico moreno, Zayn.

—¿Hola? –insistía Ryan tras esperar a que Addy contestara.

—P-pues me-me fui con...

Addy miró el lado de su cama vacía.

—T-tengo que dejarte, luego hablamos.

Colgó enseguida sin decirle nada más a su amigo. Pegó un salto de la cama, ignorando la tormenta que su cabeza tenía y que podría hacerla caer al suelo en cualquier momento.

Cogió sus vaqueros habituales, que se hallaban tirados en el sillón, a causa de las prisas de arreglarse anoche, y se los puso con torpeza. Su mareo era peor que otras ocasiones, y no entendía el por qué.

Se hizo con una camiseta ancha y vieja, y cuando se vio con ella puesto en el espejo, se vio guapa.

Pero al momento borró su orgullo de la cara, pensando en lo de anoche, y, dijo para si ''no puedes ir con ésto''. Abrió de nuevo el armario, y buscó una de sus camisetas de tirantes favoritas.

''Así mejor'' dijo asintiendo y alzando el pulgar en señal de aprobación a su reflejo en el espejo.

Pasó un cepillo por su enredada y castaña melena, aullando por cada tirón que se daba a sí misma, y soltando palabrotas cuando el cepillo se quedaba encajado en su pelo.