Pequeña travesura

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-Me desperté por el tonto cantar de los pájaros y por la luz del sol que se colaba por mi ventanal, definitivamente esto no podía ser peor, oh Dios, que dolor de cabeza tan grande, mierda, sabía que no me tenía que tomar esos chupitos de tequila, a quien engaño, si hasta sé puede decir que fue lo más liviano que tome, volviendo al tema, lo último que recuerdo fue agarrarle el culo a un policía bastante sexy, en fin, decidí levantarme para desayunar, me estiré con aspereza, me hice una cola y me lavé los dientes.

Cuando bajé, divisé a Gerardina, una de las tantas ama de llaves de la casa que me caía mal, ¿por qué? Simple, me cuidó desde que tenía 4 hasta los 6, solo hasta los 6 porque me trataba mal, ahora, yo me la desquitaba con ella.

-Buenos días señorita Donovan, ¿Que desea desayunar?-note cierto tono de enfado en su voz, já, como siempre.

-Hola geometría, golondrina, geografía, como te llames, quiero unos panqueques de Nutella con crema de maní.

-Señorita Donovan, le recuerdo que nos conocemos desde hace unos cuantos años y se muy bien qué se sabe mi nombre.

-Lo sé, lo sé, solo me gusta comparar tu feo nombre.-dicho esto salí de la cocina hacia la lavandería, quería una travesura, sabía que hoy era el día de lavado personal de las ama de llaves, y mis padres les asistieron una lavadora, juntó con secadora a las que vivían aquí de lunes a viernes. Fui a la secadora de Gerardina y con una pinza saqué un par de sus bragas, por Dios, son gigantescas, parecen la funda de mi almohada, las debe de usar hasta de sujetador, las saqué y las lleve hasta el patio, una ves ahí fue a la cocina por un poco de colorante rojo y cacao, una ves ya con mis ingredientes en mano me dirigí al patio, me dediqué a colocar el colorante rojo en una braga y el cacao en otra, justo cuando estoy terminando me dedico a sacar una foto al par de bragas ¿para qué? Pues obvió que para recuerdo no era, era para el grupo de whatsapp que tenía con mis amigas, justo cuando término escucho un ¿silbido? A lo lejos miro a todos lados para ver quién es el dueño del silbido y justo cuando giro mi cabeza a la derecha encuentro a un niño con rasgos chinos de alrededor de unos 13 años apoyado en la baranda de la terraza de la mansión de la viejita china que cada ves que me ve me habla en chino, fantástico ¿no? (Que se note el sarcasmo).

-eh, linda creo que tienes un problemita con tus bragas.

Como me importaba un mismísimo bledo lo que ese niño dijera me voltee de espalda, me bajé el short y le saqué el dedo, rápidamente me lo subí y cuando me volví a voltear vi como el niño me miraba con con cara de espanto y salía corriendo, já que ingenuo. Volviendo a mi plan, me marché del patio con las bragas de Gerardina en mano, me dirigí hasta el área de descanso del personal obrero, asegurándome que no se encontrara nadie ahí, pasé y las tiré; una en el sofá de cuero negro, y otra junto a la cafetera que se encontraba en la mini-cocina de paquella sala. Salí corriendo a la cocina, cuando llegué me encontré con mis panqueques con Nutella recién servidos, se veían deliciosos pero por el hecho de que sea Gerardina quien los a preparado, no me los comeré, vaya usted a saber si me quiere envenenar, en cuanto Gerardina salió de la cocina, tiré los panqueques en la basura y agarré una manzana para luego salir corriendo a mi habitación, solo me quedaba esperar a que todos se dieran cuenta de mi pequeña broma.

Agarré mi teléfono y envié la foto de las bragas de Gerardina al grupo de Whatsapp. 

La camorra.

-Alison: ¿Qué mierda? ¿Qué es eso?

-Charlotte: Obvio que unas bragas, Ali.

-Alison: Ay pero que puto asco, parecen bragas de mastodonte, jajaja.

-Alison: ¡Jajaja! La verdad sí

-Charlotte: Jajajajajajaja

-______: Lo sé, lo sé. La verdad es que ni se cómo caben en la lavadora.

LoveproofDonde viven las historias. Descúbrelo ahora