Conocidos

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Tan fresco como el aire

de una tarde de noviembre.

Intenso como aquel poema de Aleixandre;

ojos oscuros que reflejaban la luna,

labios rosados que pronunciaron mi nombre

y lo hicieron sonar perfecto.


Alguna vez si supe como era,

él jugó con ventaja,

él conocía todas mis curvas

todos mis atajos hacia el cielo,

y los deseos escondidos bajo llave,

llave que siempre encontraba

para abrir mi alma cada vez que lo buscaba.


Hoy me quedan besos vacíos

y nostalgia y versos cortos,

versos que llena su ausencia

y que me dibujan en bucle

con la desesperación en mano

y el cariño malherido.


Yo ya no sé como era,

si ese frío de mi espalda

lo sembraba él con sus besos,

o si eran mis ganas,

esas ganas de amar que,

recorriendo todo el cuerpo

me dejaban aturdida.

Un par de malos versos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora