Ya no recuerdo siquiera el día en que decidí que era hora de cerrar este apartado y enfocar nuevos aspectos de mi vida.
Últimamente, en las últimas semanas y especialmente en los últimos días, he aprendido mucho de la vida, de mis pasos y del camino que éstos han formado. He aprendido que en la vida, a veces, las cosas cambian sin tener ningún motivo. Que sin más, sin que te des cuenta, la vida pega un chasquido y te tienes que preparar para seguir, pero que, por muy sól@ que quieras afrontar los problemas, los cambios y tus tragedias, siempre va a haber algo –o alguien– ahí. Que lo vas a necesitar. Hay gente que se aferra a un trabajo, a una persona, a un ascenso o a una subida de notas. También hay –habemos– muchas personas que se aferran al arte. Al beneficio de poder crear belleza donde sólo había penas.
Con Un par de malos versos, yo intenté crear arte. Crear belleza de mis penas y alegrías, y conseguir la catarsis, conseguir que alguna lucecita encendida en el alma que alguna persona tiene encerrada dentro de sí, ahí, en el mundo, se encienda.
Lo he conseguido, porque mi alma se ha encendido.
No tengo más que agradecer a mi gente, a esas personas que ponen sus pequeños ladrillitos para arreglar mi vida cada vez que se desmoronan. Y mi gente, sois vosotros. Esa pequeña constelación de pequeñas lucecitas.
Un beso, Lea.
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Un par de malos versos.
PoesiaLa poesía es amor. El amor es vida. La poesía es vida. Vive. Para que sientas lo que es navegar entre letras. Para que pierdas la noción del tiempo entre páginas. Para que sientas que la poesía es tuya.