10. Loquero

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Una mujer muy inestable irrumpió en el pequeño consultorio.

—¿Esta Jim? —preguntó desesperada.

—Sí, pero él... —No la dejó terminar y entró sin permiso al consultorio.

El terapeuta se encontraba en consulta, él en una silla frente al divan ocupado por un hombre castaño recostado.

—Jim necesito hablar —La mujer giró y cerró la puerta en la cara a la asistente dejándola fuera.

—Señorita Sanchez —La asistente la llamaba desde fuera.

—Camila no puedes entrar así —la reprendió el terapeuta.

—¡Mierda!, tienes que escucharme —La mujer se movía de aquí para allá mordiéndose las uñas.

—Camila...

—No, lo he visto y no puedo esperar él... —Se detuvo al ver al paciente que la miraba extraño.

—Deja de verme así, como si fuera la única loca aquí, sabés que estás con el loquero, ¿cierto?

—No soy un loquero, soy tu terapeuta y ahora estoy en una sesión.

—Eres un maldito loquero, terapeuta es solo para que se escuche más profesional.

—Camila sal y te atiendo enseguida cuando termine, faltan —Miró el reloj que se encontraba en la pared— quince minutos.

—No, no entiendes yo... te necesito...

—Puedes atenderla creo que ella te necesita más que yo  —interrumpió el castaño, ella lo miraba de pies a cabeza.

—Yo te conozco, pero ¿de dónde? —Achicó los ojos enfocando al atractivo hombre.

—Sebastian Stan.

—¡Oh por dios!, compartimos loquero, claro que sé quien eres.

—Camila ve a la sala de espera —ordenó el terapeuta algo irritado.

—Pero...

—Camila por favor sal y enseguida te atiendo —insistió el "loquero".

—Esta bien... —dijo con las mejillas ruborizadas.

Salió a la sala de espera donde la asistente la veía con mala cara, no toleraba a la mulata.

—Tome asiento señorita Sanchez —le pidió a la mujer que seguía inquieta.

—¿Estoy alucinando ó de verdad era Seb Sexy Stan ahí adentro?

—Eso es confidencial.

—Una mierda... maldita bruja —susurró pero la castaña la escucho.

—¿Disculpa?

—¿Cuanto falta?, necesito urgente hablar con Jim, terminaré sin uñas —Le mostró las manos, si era grotesco había mordido incluso la piel alrededor.

—Cuando termine te atenderá, debes entender que tiene más pacientes, no puedes entrar así.

—Con lo que cobra... —La asistente la fulminó con la mirada— esta bien, esta bien.

Sacó un cigarrillo e iba a encenderlo.

—No puedes fumar aquí.

—¿entonces por qué hay un Cenicero?

—Eso es solo un adorno decorativo.

—Parece cenicero —Guardó el cigarrillo y sacó una goma de mascar de nicotina.

La puerta se abrió dejando ver al actor salir del consultorio y el terapeuta se quedó en el umbral indicándole que pasará.

—Disculpa por interrumpir tu sesión —habló nerviosa al rumano.

—No hay problema —ella asintió levemente.

—Adios loco Stan.

El actor le sonrió antes de salir del lugar.

Ambos entraron al consultorio, ella tomó asiento y el lugar aún guardaba un poco del aroma del actor, ella inhaló profundamente.

—Cam... ¿qué te trae por aquí?

—¿Ehh?... lo siento, lo olvide. Creo que me voy —Y la mujer salió a prisa del lugar, casi corriendo.

Llegó al elevador y se paró junto a él.

—Hola.

—Hola de nuevo, ¿y tu sesión?

—Oh bueno, creo que hay mejores formas de calmarme —La mujer se balanceaba sobre sus pies.

La veía de reojo, era una mujer de rasgos exóticos, mulata, cabello obscuro, ojos avellana y unos labios gruesos.

—¿Te parece si te invito un cafe? —preguntó con un hilo de voz temiendo la negativa, el giró a verla sorprendido, pudo detallar mejor su cara y vio algunas pecas sobre su rostro y como mordía su labio algo ansiosa— bueno entenderé si te niegas, de seguro pensarás que estoy loca ó algo asi, yo...

—Esta bien. ¿Camila, cierto?

—Camila Sanchez —Extendió su mano.

—Sebastian Stan —Le estrechó la mano que ella ofrecía.

—Lo sé.

RANDOM  》 OS Sebastian Stan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora