Frank había negado con su cabeza y después con una sonrisa se acerco al menor, tomando sus delgados brazos con sus grandes manos.
– Nada princesa...– Susurro aún mirándole con una sonrisa.– Iremos de compras... No podrás pasar todos los días con esa ropa...– dijo Frank nuevamente y se dirigió hacia la cocina tomando las llaves del auto del pretil.– Yei!– exclamo Gerard feliz y después saltó hacia Frank tomándole del cuello y besando su mejilla.– Me comprarás muchos suéteres rosados? Y también faldas y vestidos lindos, Daddy?– pregunto Gerard bajando de nuevo al suelo y ahora comenzando a aplaudir sutilmente, estaba feliz.
–¿Cómo... Como me llamaste?– pregunto Frank, enarcando una ceja.
– Yo... Uh...– Error, a estas alturas Gerard había pasado por los menos por 5 tonos de rojo y rosado.– Perdona Frank...– musito poniendo sus manos detrás.
– No... No te preocupes, suena bien... Me gusta.– Admitió Frank y pasó sutilmente su mano por el rostro pequeño y suave de Gerard.– Ahora vamos... Se hace tarde.– Recordó Frank haciendo que Gerard corriera a la salida.
Con esto de salir de compras había hecho que Gerard se olvidará de los secretos que habían en el sótano de su dueño, pero Frank debía apresurarse a sacar todo cuanto antes para que el menor no insistiera con eso.
Frank le abrió la puerta del auto haciendo después que el menor entrara y que se sentará en el asiento del copiloto Frank se agachó y colocó con cuidado el cinturón de seguridad llevando su vista unos segundos a los perfectos muslos de Gerard, su piel era tan blanca y suave, que quiso acariciarlos y fundir sus manos pero aún no debía... Aún no podía, tomo su celular e hizo una llamada.
– Hey! Hola Jeff...– Había saludado Fank.– Hola, hola Frank... ¿Qué ocupas?– Pregunto del otro lado una voz gruesa.
– Bueno, ocupo otra placa con los mismos datos que la otra sólo que esta vez diga "Gee".
– Misma dirección y todo?
– Si... Sólo que quiero la correa rosa, bien?
– Perfecto... En unos minutos te la tengo.
– Bien, voy para allá...
Se metió al auto después y encendió este poniéndolo en marcha al local de Jeff en donde había hecho el encargo, tan rápido como llego lo atendió.
– ¿Nueva mascota?– pregunto el moreno sacando una caja y dejándosela a Frank frente a sus manos.– Si... Algo así...– dijo Frank riendo, saco el collar de la caja y lo observo la placa tenía forma de corazón y todos los datos estaban bien, saco su billetera y enseguida lo pago.
– Muy bien Frank... Esta vez no te lo comas...– Bromeo Jeff y guardó el dinero mientras se reía pero Frank que estaba observando la correa alzó su mirada para fulminarlo, y después de unos minutos salió del local dirigiéndose al auto con Gerard.
– ¿Qué es eso, Daddy?– pregunto curioso Gerard al ver la caja que el mayor tenía.
– Es un regalo... Ven, alza tu cuello...– Pidió el mayor.–Uh! Un regalo para mi! Si, Daddy!– respondió obediente el menor y alzó su cuello, dejando que Frank le colocará el collar.
– ¿te gusta? – Pregunto el castaño mirando como el pelinegro de lo observaba en el espejo.
– Me encanta, Daddy! Gracias!– Exclamo Gerard y en gratitud le dio un beso en la mejilla a Frank.
Después de esa escena Frank puso en marcha el auto al centro comercial y al llegar a este lo estacionó en donde los demás autos también estaban.
Gerard no tardo en encontrar una tienda grande todo estaba de rosa y todo era demasiado... Lindo, Frank había entrado con el, ya que el menor había insistido demasiado y comenzó a mirar todas las faldas y vestidos que había miraba a Gerard emocionarse con todas aquellas prendas pero al final no tomaba nada.– Anda princesa... Toma lo que quieras...– Hablo el mayor y después le pasó un par de vestidos.– mira... Estos están muy bonitos.
Lo que restó del día de la pasaron comprando las cosas que Gerard quería y el menor una vez había tomado confianza no dejo de apuntar y señalar. "Uh! Daddy, esto! Quiero.... Quiero!", "mira ese osito, Daddy, quiero!", "acá Daddy! Quiero esa blusa". Y así fue toda la tarde, Frank había terminado cargando todas la bolsas de su princesa, hasta llevaba en el cuello en señal que ya no le cabían en los brazos, le compro cuanto quiso Gerard, vestidos, tacones, zapatos, faldas, blusas, peluches, lencería, absolutamente todo lo que el menor deseara.– Algo más que quieras princesa...?– pregunto totalmente cansado Frank.
– Ya quiero irme, Daddy...– murmuro Gerard y después de dio la media vuelta haciendo que su falda se levantará un poco y dejara una pequeña vista de sus glúteos a la hora de aquella pequeña vuelta.
Una vez en el auto Frank acomodó todo y puso en marcha el auto hacia casa.
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"Kitten" |Frerard|
FanfictionFrank Anthony Iero, es un médico cirujano demasiado bueno para su corta edad de 29 años. Frank tiene dos debilidades los gatos, y aquel niño de 16 años, de ojos grandes y verdes, siempre con su ropa rosada. Gerard Way, alumno estrella en su preparat...