Un nuevo comienzo

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Finales de Verano 2008 - La última noche

- Buenas noches Alma! - Escuché que me decían desde el salón.

- Buenas hoces mamá!! - Grite mientras corría escaleras arriba, cerré la puerta de mi habitación y apoyé la espalda sobre ella.

- Dos semanas...- dije en un susurro.

Dentro de dos semanas tenia que trasladarme a Barcelona para empezar la Universidad, aunque al principio no fue mi intención seguir estudiando fue Carlos quien me animo a perseguir mi sueño.

Miré el reloj de mi mesita de noche, eran pasadas las once, debería aparecen en menos de una hora, así que me puse mi pijama de verano y me acerque al espejo para deshacerme la trenza y cepillar un poco esa masa de ondas en la que se había convertido mi pelo.

La madre de Carlos y la mía eran amigas desde el colegio y en consecuencia de ello nosotros nos habíamos criado prácticamente juntos. Siempre me había gustado pero nunca había sido nada más que la simple atracción física, y desde hacía más de un año éramos " amigos con derecho".

Pero lo que había empezado como un juego me estaba pasando factura. En estos últimos meses en que había estado preparando la inscripción a la universidad, buscar el piso... Todo me hacía pensar en lo que estaba a punto de dejar atrás. Carlos había sido mi confidente y amigo todas las noches, animándome a seguir adelante y haciéndome olvidar que existía un mundo fuera de mi habitación. En mi mente de adolescente había pensado un plan, en el que yo volvía todos los fines de semana para conseguir conquistarle. El problema estaba en que últimamente era muy frío conmigo.

Un ruido en mi espalda me hizo darme la vuelta y allí estaba él, mirándome desde la ventana. Extrañada volví a mirar mi reloj.

- Hola pequeña.- me saludó dulce mientras entraba en la habitación.

- Cómo es que has llegado tan pronto? No te esperaba hasta dentro de media hora.-le dije volviéndome hacia el espejo para quitarme los pendientes y las pulseras, a través del reflejo lo ví acercarse a mí.

-Tenía ganas de verte.- me dijo ya casi pegado a mi espalda, mirándome también. Un leve calor se instaló en mi cara cuando puso sus manos en mi cadera. Bajo sus labios a mi cuello y comenzó a besarlo. Últimamente era tan directo que me aturdía.

Yo me quedé observando la escena que se reproducía ante mí. Podía verlo mientras me besaba, tenía los ojos cerrados, sus manos ahora me presionaban contra su pelvis y pude notar su masculinidad dura empujando mi espalda.

Sin dejar de besarme desabrochó los botones de la camisa del pijama y cuando terminó, apartó la tela y me miró a través del espejo. Instintivamente intenté taparme pero él me lo impidió sujetándome de las muñecas y manteniéndolas a mi espalda, de manera que mi pecho se proyectaba hacia delante.

- No estoy cómoda....- le dije intentando no mirar mi propio reflejo, aunque nadie podía decir que estaba gorda, yo tenía mis complejos.

- Si no quieres verte cierra los ojos pero no te tapes. - dijo mirándome fijamente con sus preciosos ojos verdes. el choque se su aliento detrás de mi oreja hizo que se me erizara la piel.

Sin dejar de mirarnos liberó mi brazo derecho y guió su mano hasta mi pecho para acariciarlo por encima de la suave tela del sostén, sus ojos ahora algo más oscuros parecía que me devoraban.

Ví como lamía su labio inferior para después morderme en la clavícula, la sensación me hizo jadear. Volvió a mirarle, cerré los ojos y me apoyé levemente en él, dándole permiso para jugar con mi cuerpo. Entonces sentí que sacaba mi pecho por encima del sostén. Sabia que mi pezón ahora quedaba expuesto y que él podía verlo, seguramente abultado (ya que los sentía entumecidos) y ansiosos por sus atenciones. Volví a jadear cuando lo apresó entre sus dedos y lo presionó suavemente a la vez que sostenía su peso con la palma de la mano, múltiples descargas invadieron mi cuerpo en ese momento.

Ésta vez vamos en serioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora