Capitulo 3 (Parte 2)

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Alma

Aquella mañana me levanté temprano, a pesar de no haber dormido casi nada, me sentía aún más viva que nunca. Retozé en la cama durante media hora, con la sonrisa tonta puesta en la cara. No había soñado pero tampoco me hacia falta. Tenia bastante información nueva en mi cabeza como para soñar despierta durante semanas, que fue exactamente lo que estuve haciendo anoche hasta las tantas de la madrugada.

Bajé al salón a desayunar, el ático estaba aparentemente desierto, unas copas de vino(vacías por suerte) sobre la isla de la cocina me recordaron la visita de mi amiga. puse la cafetera en el fuego y me dispuse a recoger las cuatro cosas que había dejado por medio,. Ya estaba acostumbrada. La rubia era un desastre, todo se lo dejaba tirado en cualquier sitio. Siempre teníamos que andar nosotras detrás suyo para que recogiera, pero después de tanto tiempo juntas.... Ya hemos aprendido que es un caso perdido.

Desayune tranquila y sola, mientras buscaba gimnasios en internet, me apunte dos direcciones y revise las redes sociales. Y sin pensarlo teclee en el campo de búsqueda: "Carlos Bellpuig". Esperé a que cargara los resultados, que no eran pocos, pero ninguno que me sonara lo más mínimo, hice el mismo proceso con las demás redes que usaba, y tampoco...

"Por dios, se ha convertido en un hombre de cromañon... O es que ha cambiado tanto que soy incapaz de reconocerle".

Agarre mi móvil busque su nombre entre mis contactos de Whatsapp pero no aparecía... Intentando distraerme mire la ultima conexión de Irene, hacía poco más de cinco minutos. Aunque apenas eran las ocho y media de un domingo, pero no me extrañó, ella nunca había sido del todo normal. La llame para asegurarme que había estado bien. Debía ser duro para ella ayudar a planear la boda de su hermana pequeña, cuando hacia algo menos de cinco años había perdido a su prometido.

-¿Alma? ¿ha pasado algo?- me dijo preocupada nada más descolgar el teléfono.

-Buenos días a ti también.- reí,- no, no ha pasado nada neurótica, quería saber como estabas.-

- ¿A las ocho y media de la mañana?- No, hoy mi amiga no estaba muy fina (ni yo, pero eso ya lo sabíamos).

-No podía dormir más... pero bueno, cuentame que tal tu día de ayer.- le pregunte cautelosa.

-Pues fatal... Estuvimos en más de tres zapaterías buscando los zapatos de mi madre...- Irene continuó hablando, cerca de una hora detallando todo lo que recordaba, el lugar que habían elegido, el horroroso vestido de dama de honor que le había tocado llevar, y la llantera colectiva (tan conocida en el genero femenino) mientras la futura novia se probaba vestidos. Dejé de escucharla cuando divisé un torso masculino bajando las escaleras. Tenia el pelo alborotado y su cuerpo perfectamente esculpido, vestía con unos simples tejanos, que dejaban entrever que no llevaba ropa interior en ese preciso momento. Se me secó la boca y solo podía contestar al relato de Irene con simples monosílabos. Ramón me saludó con un gesto al verme sentada en un taburete.

-He bajado a por el desayuno, no te preocupes yo me sirvo.- dijo en un susurro imperceptible, si no hubiera estado observándole no me habría percatado de sus palabras. Afirme con la cabeza dándole permiso para invadir la cocina. Nunca me había parado a pensar lo sexy que resultaba un hombre semi desnudo en una cocina.

-¿Alma, estas ahí?- me dijo mi amiga a través del móvil, y yo solo pude contestarle un "aha"-¿me estas escuchando?-

-No,- le contesté con una pequeña carcajada- tengo un "Té con leche" semidesnudo rondando por la cocina.- susurré para que solo ella me pudiera oír. Ramón seguía dando vueltas por la cocina, preparando el desayuno sobre una bandeja.

-Anda que... bueno Alma te dejo, que tengo un laaargo día por delante. nos vemos esta noche.- me despedí de Irene y deje el móvil sobre la isla. Y continué observando aquel Dios Griego.

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2014 ⏰

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