Pasó la mañana rápida. Zayn me invitó a comer a su casa, pero no fui porque ibamos a comer con Adam, Mariem y Abel y luego iría a ayudar a mi madre a preparar algunas cosas de la boda.
Zayn me acompañó a casa como siempre lo hacía de que estuvimos juntos.
-¿Sigue en pie lo de ir a la boda con Mariem?- Pregunté burlona.
-Si.-Rió y yo le pegué en el brazo haciendo que comenzaramos una pequeña guerra que acabó en besos.
Llegué a casa y ya estaban todos allí. Saludé con un "hola" a lo que me contestaron todos con otro "hola" todos menos Abel. La verdad es que no sabía que iba a pasar entre nosotros, supongo que el por su lado y yo por el mio.
Estaba en mi habitación quitandome el uniforme para ponerme unos vaqueros un jersey azul oscuro y mis botas marrones cuando llamaron a la puerta.
-Adelante.-Dije mirandome en el espejo de cuerpo entero de mi habitación.
Me giré y vi a Mariem con una pequeña sonrisa. Pasó a dentro y cerró la puerta.
-Hola.-Dije un poco nerviosa ya que las pocas veces que había estado con ella a solas acabé mal, muy mal.
-Tranquila, vengo a pedirte perdón por todo lo que te he hecho pasar.-Asentí.-De que llegaste estaba con Zayn y estaba muy enamorada, luego se me fue pasando porque ya no estabamos igual y pensé que el motivo eras tu.-Continuó diciendo.
-Me hiciste mucho daño.
-Lo sé y por eso vengo a pedirte perdón. Me obsesioné con Zayn, las últimas semanas estaba con el por estar con alguien y me di cuenta que esto no servía de nada. ¿Me perdonas?- preguntó con una pequeña sonrisa.
-Ahora que vamos a vivir juntas tendremos que llevarnos bien ¿no?- Le dije con una sonrisa y nos fundimos en un abrazo.
Estuvimos un rato más en mi habitación, le conté lo que pasó con Abel y ella comprendió el moratón de su ojo.
Bajamos a comer, Abel seguía sin hablarme lo cual agradecía.
De que se fueron mi madre y yo fuimos a coger cita en la peluquería para la boda y luego a ver como estaba quedando la iglesia con la decoración que habían elegido entre ella y Adam.
Llegamos a casa me puse a estudiar. Más tarde me duché y me fui a dormir porque estaba agotada.
***
Mañana se casa mi madre con Adam. Ya no estoy nerviosa aunque llevo dos dias sin dormir.
-Pequeña ¿quieres venir a mi casa?- Ponía en el mensaje de Zayn.
-Estoy allí en diez minutos.
Me peiné un poco y fui a casa de Zayn. De que me abrió la puerta y lo vi con un delantal y un gorro de cocinero no puede evitar reirme.
-¿Qué pasa?- Me dijo riendo.-Estaba haciendo una tarta para comernosla.
-Venga que te ayudo a terminarla.
Pasamos a la cocina, de que la vi no pude evitar reirme otra vez. Tenía todo manchado de chocolate y nata.
-Estaba poniendo un poco de nata por la parte de arriba.-Dijo moviendo la nata de un lado a otro para otro para que no saliese líquida al apretar el botón.
Estabamos al lado decorando la tarta, cuando se me vino a la cabeza mancharle la cara de chocolate.
-La niña tiene ganas de guerra ¿eh?-Dijo cojiendo chocolate y poniendolo en mi cara.
-Si.-reí poniendole nata en el pelo.
Y comenzamos una guerra con chocolate y nata que no parecía tener fin.
-Tienes un poco de chocolate en el labio.-Dijo burlón mientras se acercaba a mi.
-Tu tienes un poco. de nata en la barbilla.-reí.
-Pues quitamelo ¿no?- Dijo pegandome todo lo que pudo a el.
Le lambié la barbilla y de que ya no le quedaba nada el pasó su lengua por mi labio inferior, se separó un poco de mi y se mordió el suyo. Fue ahí donde me lancé sobre sus brazos y comencé a besarlo con todas mis fuerzas. Me sentó en la mesa tirando al suelo el chocolate entre otras cosas que había en la mesa y reimos.
Se bajó los pantalones y me quitó los mios me saqué la camiseta y el se quitó la suya. Me besaba como si mo hubiera un mañana y eso me volvía loca. Acabamos haciendolo encima de la mesa donde se suponía que nos íbamos a comer la tarta.
Nos vestimos, recogimos toda la cocina y nos sentamos a comer la tarta en el salón.
-¿Estás nerviosa?
-¿Por qué?
-No todos los dias se casa tu madre.-rió.
-Es raro pero no lo estoy.-reí con el.
-Mañana será un gran día.
-Si.-Le dije con una sonrisa.-Me tengo que ir ya.-Dije levantandome del sillón.
-Vale.-Se levantó también del sillón.-Descansa.-me besó.
-Lo mismo digo, y no te quedes dormido eh.-Le dije mientras reía y me alejaba.