Han pasado ocho años desde aquello. Se que es exagerado pero todo sigue siendo igual. Aunque los años pasan para todos.
Mi madre sigue con Adam. Nos mudamos a los seis meses de casarse y todíva vivimos allí.
Zayn y yo seguimos juntos, me presentó a su hermana, al principio no nos llevábamos bien pero ahora estamos muy unidas.
Mariem y Adam no sé por qué pero hace dos años empezaron a salir y todavía siguen juntos.
Abel y yo nos hablamos por nuestros padres aunque a Zayn ni lo mira.
Mi padre sigue en Berlín, viene de vez en cuando. Se lleva mejor con mi madre aunque le cae mal Adam y viceversa. Y con Zayn se lleva mucho mejor.
*toc toc*
-Adelante.-Digo dejando de escribir en mi ordenador y mirando hacia atrás.
-Hija, a venido la modista para retocar el traje.-Dice mi madre desde la puerta.
Me levanto y bajo abajo. Allí estaba el vestido con el que había soñado tanto tiempo y mañana usaria.
Suena mi movil, tengo una llamada y la cogo.
-Cariño voy para casa de tu madre.
-Espera diez minutos, está la costurera retocando mi vestido y ya sabes que da mala suerte que el novio lo vea antes de tiempo.-Digo riendo.
-Vale, luego nos vemos. Te quiero.-Dice riendo conmigo.
De que se va la costurera me siento a hablar con mi madre. "¿estas nerviosa" me pregunta aunque ya sabía la respuesta.
Suena el timbre, voy a abrirlo y veo al chico que me a sacado una sonrisa durante ocho largos años, el que me a echo feliz con sólo una caricia, el que a echo desaparecer mis cicatrices con besos y amor y el que me a echo saber que es amar.
Me lanzo a sus brazos como siempre hago de que lo veo. Le doy un beso largo y lleno de amor.
Pasamos a dentro y mi madre nos sirve un poco de café con unos dulces. "no comeré demasiado que si no, no cabré en el vestido"
pienso y una sonrisa se dibuja en mi cara.
Salimos de casa de mi casa y vamos paseando hasta la pista de patinaje donde nos dimos nuestro primer beso.
He aprendido a patinar desde entonces. Zayn y yo vamos mucho allí.
-¿Te acuerdas?-Me dice Zayn nuestras frentes.
-Como olvidarlo.-Digo haciendo que el poco espacio que hay entre nosotros se esfume.