New Haven|| °PAUSADA°

4~🔥Sexy angelita

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WADE

Luego de ver a mi hermano irse en su teatro de "soy un humano normal" tomé mi propio camino que me llevó justo a George Street justo enfrente del Columbus Park, donde desde una banca puedo ver la gente pasar, los niños jugar y en resumen a los humanos siendo comunes.

Me ha tomado algo de tiempo dejar de hacer muecas de desprecio cada vez que veo a uno de ellos, sólo porque Chase dice que es mal gusto además me delata frente a los humanos, pero yo creo que son demasiado estúpidos como para notar que en el fondo soy un demonio con debilidad por las cacerías sangrientas.

Suspiro pensando en lo aburrido que debe estar mi hermano mientras corre por la ciudad fingiendo ser alguien que no es ni quiere ser, porque si algo tenemos en común además de la sangre, la vida, el apellido o la misión; es el hecho de que ambos odiamos a los humanos más que a nosotros mismos, está eso y luego los ángeles con sus enfermizas buenas obras. Tan bondadosos y pomposos en sus nubes blancas que terminan siendo ridículos.

—No hay nada más hipócrita que un ángel –murmuro viendo las nubes que se han tornado algo oscuras, como el color de mi alma, pero ya no tengo alma así que esa comparación no sirve. Cuando dejo de ver al cielo –dónde espero que todos se mueran–, paso mi mirada por las personas, nuevamente en sus vidas tan banales que dan ganas de vomitar, pero entre ellos un destello me causa cierta curiosidad. Justo cuando digo que son hipócritas y despreciables uno de ellos hace su aparición como si acudiera a la muerte en mis pensamientos.

Poniéndome de pie camino hasta ese destello que se mueve entre la gente, cuando consigo estar cerca noto que es una chica baja de cabello castaño. Su aroma me embriaga incluso cuando estamos a varios metros de distancia, aún cuando ella nota que la estoy siguiendo y que mis ojos analizan cada parte su cuerpo. Lo hago por dos razones; la primera la angelita está muy sexy. ¡Joder!, con sus piernas al desnudo y su trasero apretado por una falda demasiado corta, además ese top negro que me hace fantasear sobre sus pechos. Nada en su atuendo sirve para beneficiar su apariencia de buena niña. La segunda es esa sonrisa ladeada que ella me da cuando su mirada se cruza con la mía, invitándome a cazarla en medio de New Haven a las 10am en un día cada vez más sombrío.

Su cabello se mueve con el viento mientras avanza pero ahora lo hace para escapar, es evidente por la forma en cómo se pone más rígida y mira a todas partes segundos antes de cruzar la calle.

Siempre he sido un buen cazador, claro hay algunos demonios insuperables pero tengo mis talentos y como lo presiento la chica linda camina por el lado del callejón en el que me escondo en el segundo que ella pasa a mi lado. No me percibe al instante, pero cuando me ve sus ojos se abren de par en par.

— ¿Qué clase de demonio sigue a un ángel en medio de la mañana? –ella se cruza de brazos viéndome como si estuviese por darme una paliza con su mirada, es tan adorable que me dan ganas de ponerla en una caja de cristal para verla cada mañana mientras asesino algún humano. Sonrío como respuesta y me acerco de modo que ella retrocede, con eso mi cacería empieza y ella está al precipicio de su muerte.

— ¿Piensas responder? ¿Por qué me sigues? ¿Te debo algo?

—Una noche de sexo duro, sin dudar.

—Por favor, ¿sexo contigo? ¡Ja! si claro –ella rueda los ojos tratando de no parecer alterada pero el movimiento en la vena en su cuello se aligera con el rápido latido de su corazón y la falta de aire. Su reacción es todo el incentivo que necesito para seguir acercándome, pero ella se aleja más.

—No has estado con un demonio como yo, en realidad, dudo que hayas estado con un demonio nunca.

—Tú no me conoces –responde con un tono seco, pareciendo asqueada pero su cuerpo reacciona en diferente sentido—. No te acerques a mí.

— ¿Por qué no? –doy vueltas a su alrededor disfrutando de su aroma, sin duda poniéndola más nerviosa. En mis dedos tomo un mechón de su suave cabello para jugar un poco y eso la altera mucho más.

—Porque te mataré si lo haces, ya déjame.

—La angelita es una asesina, ¿Quién lo diría?

Ella niega alejándose varios pasos de mí, pero en lugar de ir con las personas para escapar se adentra en el callejón viéndome de reojo. La sigo sin saber bien porque aún no le he arrancado las alas enormes alas que expone en su intento de alejarse. Admito que extraño el sonido del desgarro, de los huesos rompiéndose y de primeras gotas de sangre que caen en el suelo cuando las alas son destrozadas lentamente hasta ser separadas de la espalda, amaba el sentimiento y el hormigueo en mis dedos es la prueba de ello.

—Puedo matarte si quiero –dice ella escupiendo las palabras, sacándome de mi pequeño mundo cargado de recuerdos.

—Digo lo mismo –me acerco más pero esta vez sin ser cuidadoso, solo me pego a su cuerpo y la empujo contra la pared sin darle un solo segundo de reacción. Sus ojos me miran cargados de miedo pero en lugar de que me aleje de ella solo consigue que me den más ganas de terminar con todo. Su cuerpo se amolda al mío de una manera que no esperaba y creo que así es como se empiezan los desastres, con chicas como ella que miran solo lo que les interesa y con tipos como yo que consiguen lo que desean.

—Suéltame de una vez, ¿Quién te crees que eres?

—Soy el demonio de tus pesadillas, mucho gusto Wade Bosworth –sonrío de una forma tan auténtica que me duele la cabeza con la idea de lo pendejo que debo verme ahora.

Ella usa casi toda su fuerza para golpear mi pecho en un valiente intento de alejarse de mí. Tan rápido como puede se escurre entre mis brazos y sale corriendo hasta la calle pero la detengo con mis manos en su cintura a pocos pasos del bullicio humano.

— ¡Déjame en paz! ¡Estúpido demonio!

—Cállate, te ves espantosa gritando.

— ¡Detente! ¡Soy un ángel no una chica a la que puedes raptar!

— ¡Buena idea! Usaré mi sala de tortura para ti...–la pego a mi pecho y sonrío rozando sus labios con los míos, después cargo su cuerpo sobre mi hombro sin ningún problema. Ella forceja para zafarse pero la contengo con facilidad, esto se vuelve algo estimulante ahora que no puedo hacer cacerías tanto como quisiera, además porque esta ciudad es tan aburrida que Chase prohíbe todo tipo de travesuras para mí. Hace bastante tiempo que había estado deseando algo como esto, un verdadero desafío contra las reglas de mi hermano y contra mi propio juicio.

— ¡Mátame de una buena vez! ¿Crees que algo en esta jodida vida de ángel me importa? ¡Me da igual!

—Claro que te da igual, porque sabes en el fondo que todo lo que te vaya hacer tendrá una buena ración de placer.

No la dejo responder antes de saltar a la azotea, ella golpea mi espalda, maldice, grita y patea; pero no hay forma que su ligero cuerpo pueda ganar esta pelea. Poco a poco se rinde a las lágrimas mientras yo consigo avanzar en mi camino a la casa deseando estar solo con ella, usar mis armas y dejarme sus alas de recuerdo una vez que consiga matarla. 

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